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DESPUÉS DEL FUEGO

La alarma general por los incendios empieza a remitir en Cataluña

La alarma por el fuego remite en Cataluña. La oleada de incendios que comenzó el pasado domingo remitió ayer, coincidiendo con el descenso generalizado de las temperaturas y el aumento de la humedad. En la jornada de ayer sólo se declaró un pequeño foco en la zona del Alt Empordà, que fue controlado rápidamente por los bomberos.

Los equipos de lucha contra el fuego comenzaron a respirar tranquilos al observar que las temperaturas máximas descendían entre cuatro y siete grados en el conjunto de Cataluña. Ahora esperan con impaciencia que se cumplan las previsiones de tormentas para este fin de semana. Y es que los bosques están secos, casi muertos, y una chispa es sinónimo de incendio.

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Quienes no olvidarán fácilmente esta semana son los 5.000 habitantes de Maçanet de la Selva que el viernes tuvieron que coger lo indispensable y huir de las llamas.

"Hemos vuelto a nacer". Este era el sentimiento de los desalojados a causa del fuego cuando ayer por la tarde se les permitió regresar a sus casas. Se trata de un sentimiento expresado en voz alta por el propio alcalde, Josep Romaguera, una vez que el incendio que ardió en el municipio los dos últimos días se dio por controlado, que no extinguido.

Para la mayoría de los vecinos de El Molí, Bellavista, Mas Altaba y Maçanet Residencial Parc -el barrio y las urbanizaciones evacuados- todo quedará en un susto, pero el miedo de ver el fuego tan cerca y la posibilidad de perderlo todo permanecerá en sus retinas durante largo tiempo. Otros, en cambio, han visto como las llamas destruían los esfuerzos de toda una vida y deberán empezar de nuevo.

Podían haber sido muchas más, pero al final sólo dos casas han quedado totalmente destruidas por las llamas, ambas en la urbanización Mas Altaba. Se trata de una casa de verano de una familia de Barcelona y de la primera residencia de la familia Carrasco-Del Moral.

Antonio Carrasco (43) estaba ayer abatido. Su mujer y su hija se habían ido a Barcelona tras ser desalojados y él se quedó para seguir el curso de los acontecimientos. "Hoy mi mujer me ha llamado llorando diciendo que ha visto nuestra casa quemada por la tele".

La información se la confirmaban momentos después en el pabellón polideportivo de Maçanet: el número 9 de la calle de Breda estaba calcinado. "Se ve que ha sido el punto clave del incendio... todo lo que tenía en la vida era eso", se lamenta Antonio.

El matrimonio trabaja en Maçanet, él en una empresa textil y ella, María Isabel del Moral, en una empresa alimentaria. Como otras muchas viviendas de las urbanizaciones del pueblo, la suya la habían ido arreglando con el paso del tiempo: "Mucho sacrificio que no ha valido para nada.No era una casa muy grande, pero la había recubierto toda de madera y con mi yerno, que es carpintero, la habíamos reformado de arriba abajo", relataba Carrasco.

Formada por seis miembros, la familia no tiene ahora adonde ir. La primera noche sin techo la pasarán en la fonda Pons y hoy mismo el Ayuntamiento les buscará un piso de alquiler. El Departamento de Bienestar y Família de la Generalitat se hará cargo del alquiler durante seis meses y también les ayudará a hallar una vivienda de protección oficial, a la espera de lo que determinen las empresas aseguradoras.

A pesar de los malos momentos, Antonio Carrasco no desfallece: "Hay que volver a empezar, se lo debo a los míos". El mismo miedo y resignación que sentía la familia Carrasco se palpaba en el ambiente del pabellón, donde los vecinos de Mas Altaba y Maçanet Residencial Parc -los demás habían sido evacuados sólo por prevención y ya estaban de nuevo en sus casas- esperaban a que les autorizaran a regresar a sus hogares.

Cuando por fin, a las 18.30, recibieron la autorización, se desataron los miedos contenidos desde la noche anterior. "Sabemos que se ha quemado. Por dentro pensamos que no, pero por fuera seguro que se ha chamuscado", señalaba Adela Molina, que se enteró del incendio estando de viaje y regresó apresuradamente.

Al ver las parcelas arrasadas por las llamas, pero las casas intactas, los sollozos se transformaron en ilusión contenida. Algunos deberán empezar desde cero, pero otros sólo tendrán que reconstruir el cobertizo y replantar el jardín.

Sin embargo, se tardará en recuperar la normalidad. Por lo pronto, los vecinos de Mas Altaba están sin suministro de luz ni de agua, por lo que las autoridades les recomiendan que no permanezcan allí hasta que se restablezca el servicio.

El fuego de Maçanet, en vías de extinción y que pudo haber sido intencionado, ha quemado 1.300 hectáreas de terreno, dos casas, parcelas, cobertizos, jardines y una larga cantidad de bienes materiales. Son las notas negativas, pero ha habido algunas positivas: no hay daños en las personas y Maçanet y los pueblos vecinos se han solidarizado con los afectados como nunca recuerdan sus ciudadanos.

También ayer fue el día del retorno a la normalidad en las carreteras catalanas. Después de un jueves infernal, con un colapso generalizado en las vías de acceso al sur de la Costa Brava, ayer regresó la calma. Los Mossos d'Esquadra defendieron a capa y espada el dispositivo de urgencia que obligó a cortar de forma simultánea la autopista A-7, la Nacional II y que colapsó la C-32, la antigua autopista del Maresme.

Al coincidir el incendio con la operación salida del puente festivo del 15 de agosto, el colapso en todas estas vías fue monumental. Por esta razón, los Mossos d'Esquadra desviaron todo el tráfico que salía del área metropolitana de Barcelona en dirección a la Costa Brava hacia Vic y el Eix Transversal. Pero un accidente en esta última vía acabó de dificultar la operación salida.

Un coche calcinado, ayer, en Maçanet de la Selva.
Un coche calcinado, ayer, en Maçanet de la Selva.PERE DURAN

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