Las urgencias en Córdoba y Sevilla aumentaron entre un 10% y un 20%

Córdoba y Sevilla son las provincias andaluzas más afectadas por las altas temperaturas. Sus servicios de urgencias hospitalarias han sido los más solicitados por la población. El hospital cordobés Reina Sofía ha recibido un 10% más de pacientes en su área de urgencias durante la primera semana de agosto, mientras que en el caso del Virgen del Rocío, en Sevilla, se ha experimentado hasta un 20% más durante algunas jornadas.

El director gerente del hospital Virgen del Rocío, Joseba Barroeta, señala que en los días de más afluencia se incrementó hasta un 20% la cifra de asistencias en urgencias, situada en 845 personas al día. El pasado jueves 7 de agosto recibieron atención en el servicio 51 personas por dolencias relacionadas o agravadas por el calor. Fue la jornada en la que se registraron más pacientes relacionados con las altas temperaturas, aunque la mayoría de los casos no necesita hospitalización. En cualquier caso, la ola de calor y el aumento de la demanda de atención en urgencias ha hecho que se refuerce el servicio en el turno de tarde con un médico y un enfermero más de lo previsto para estas fechas.

En el caso del hospital Reina Sofía, de Córdoba, el subdirector médico José Manuel Calderón de la Barca indica que los atendidos en urgencias se incrementaron en un 10% durante la primera semana de agosto. La cifra media de pacientes que acuden el servicio oscila entre 350 y 360. Algunos días se han rebasado los 400 pacientes. "No quiere decir que todos los que vienen tengan patologías graves", precisa.

Córdoba es la provincia andaluza donde se ha registrado una mayor mortalidad desde que comenzó la ola de calor, con nueve personas fallecidas. Calderón de la Barca señala que el número de fallecidos es de dos o tres en un verano normal. A pesar de la excepcionalidad de esta ola de calor, el hospital no ha tenido que reforzar sus servicios de urgencias. El subdirector médico aclara, además, que los facultativos de este servicio requieren de una formación específica. "No se trata de contratar a tontas y a locas", precisa.

El golpe de calor era una dolencia sin describir hace tres lustros. El primer trabajo se realizó en el hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, durante los años 1988 y 1989 tras un verano de características similares a éste por el encadenamiento de días de altas temperaturas en los que llegaron a registrarse 64 casos de personas afectadas por golpes de calor. Manuel Montaño, quien fue el autor del primer estudio descriptivo que se hizo en España a partir de aquellos casos, observó que el pronóstico del enfermo depende en buena medida de la tardanza en la bajada de la temperatura, aparte de otros factores que también inciden como la existencia de otras patologías asociadas. "Por eso lo más importante en un golpe de calor es la bajada de la fiebre, más urgente que llamar a un médico es bajar la temperatura", indica.

En sentido estricto, el golpe de calor es un cuadro que se produce cuando fallan los mecanismos de defensa del organismo ante las temperaturas altas. Normalmente se da en personas frágiles, como ancianos, si no toman medidas de defensa ante elevadas temperaturas continuadas. Aunque es muy raro también puede darse en personas sanas que están expuestas durante mucho tiempo al calor, por eso se desaconseja la realización de deporte -que sube la temperatura de por sí- en el exterior en horas de máximos registros.