Los tránsfugas irán al pleno en un autobús y con escolta policial
El debate hoy de la moción de censura contra el alcalde de Marbella, Julián Muñoz, presentada por 8 concejales del GIL, 3 ex concejales del PSOE y tres del PA ha adquirido tintes de espectáculo. Más de medio centenar de antidisturbios y policías locales vigilarán el desarrollo de la votación de un pleno que se presume complicado, y para el que se han acreditado 50 televisiones y un centenar de periodistas. Muñoz negó ayer que tanto él como personas de su entorno hayan presionado a los firmantes del acuerdo, que llegarán al ayuntamiento en un autobús y escoltados por las fuerzas de seguridad.
Mientras la ex portavoz del PSOE Isabel García Marcos y el edil andalucista Carlos Fernández acusaban ayer al regidor de caldear los ánimos de los ciudadanos de Marbella en las horas previas a la votación, Julián Muñoz hacía un llamamiento a la tranquilidad. El alcalde retó a la ex edil socialista a que denuncie ante la Fiscalía Anticorrupción las supuestas coacciones de que dice haber sido objeto, y tachó de "rollos" las declaraciones del concejal andalucista de que hoy podría haber incluso navajazos durante el transcurso de la sesión plenaria.
"Carlos Fernández se cree que está entre salvajes. Por amor de Dios, que esta es una ciudad seria. ¿Es que se piensa que estamos viviendo todos en la delincuencia? Marbella es una ciudad muy tranquila. ¿A qué viene eso de protección policial, de que si va a haber navajazos?. Él sabrá por qué quiere protegerse", replicó Muñoz, que pidió a los ediles tránsfugas y a los dos restantes del PA y PSOE que "den la cara".
Presiones
"Dicen que están escondidos porque así no tendrán presiones. ¿Presiones de quién, del 90 % de los vecinos que están en contra de este golpe a la democracia? ¿Por qué quieren venir mañana en autobús en vez de hacer lo que hacen las personas? Se cruza la calle y se viene directamente al ayuntamiento. El que tenga miedo que se lo aguante. Puede ser que el pueblo hable, pero yo asumiré la responsabilidad que tenga si ocurriera cualquier cosa", añadió Muñoz.
En cualquier caso, las fuerzas de seguridad han previsto un dispositivo nunca visto en el municipio. Unos 35 antidisturbios vigilarán el exterior de la casa consistorial, y las mesas de las terrazas de los bares que habitualmente cubren la Plaza de los Naranjos en estas fechas serán retiradas para permitir el despliegue policial y la instalación de una dotación de Protección Civil. Otra treintena de agentes de la Policía Local se encargará del interior de la seguridad en el interior del ayuntamiento.
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