"El FIB es una bendición y un antídoto contra la caspa"
Hace nueve años, Francesc Colomer dijo sí a dos hermanos que le plantearon la posibilidad de organizar, en Benicàssim, un festival de música independiente. Hubo de cargar con la acusación de llevar al pequeño y tranquilo municipio costero a "mangantes y melenudos". Pero "me pareció una idea seductora, de jóvenes emprendedores que veían en Benicàssim el lugar ideal para organizar un festival de música no comercial" y decidió darles su apoyo. Colomer tiene 36 años. Entonces, con 29, era uno de los alcaldes más jóvenes de España, licenciado en Filosofía y Letras, y con una manera de hacer las cosas que difería de la normal. "Encajaba perfectamente en la filosofía de ciudad que yo tenía", dice.
"El FIB es mejor que el ocio nocturno mal regulado, que está enquistado hace años"
Han pasado nueve años y el FIB se ha multiplicado por un dígito incluso superior. Por una carambola política, el socialista Francesc Colomer ha vuelto a ocupar la alcaldía de la localidad y, en dos meses, ha hecho frente a la preparación de un festival que presenta como ejemplo de tolerancia y convivencia. "La música conecta emociones y derriba fronteras, también las invisibles. Bienvenidos, hijos del siglo y mensajeros del milenio" dice el bando que emitió, expresamente, para dar la bienvenida a los fibers.
Una de sus primeras decisiones fue la de incluir la responsabilidad municipal del FIB en la Concejalía de Cultura "porque lo entiendo como un fenómeno cultural", dice. "Es evidente que su vértice es la cultura por mucha economía y turismo que mueva", asevera.
Sin olvidar sus intereses y responsabilidades políticas, que le llevan a recriminar algunas parcelas de este "festival mundializado", Colomer es un férreo defensor del FIB y de sus asistentes. "Es un fenómeno sano", indica, "es el antídoto a la caspa". "Es vanguardia y modernidad. Son las nuevas generaciones (...) No sé si se puede comparar con Ítaca, pero estas migraciones con un estímulo tan gratificante como es la cultura han de premiarse", mantiene.
Los partes de la policía local que hacen referencia a peleas durante el sábado por la noche, se limitan a locales tradicionales de ocio. Con un nivel de incidencias "inocuo, irrelevante", el alcalde de Benicàssim defiende el entendimiento entre el turismo familiar de sol y playa que abunda en esta costa castellonense y los fibers. "Ambos modelos son compatibles y en el caso del FIB tiene algo de milagro. Es mucho mejor que el ocio nocturno mal regulado, que tenemos enquistado hace años. Mejor que ese intrusismo de unos cuantos establecimientos que no respetan, en todo el verano, ni horarios ni límites de ruido. El FIB es una bendición al lado del botellón", propugna. "Y los empresarios lo saben", añade. Pese al "esfuerzo" económico que ha de hacer el Ayuntamiento, no hay campaña con la que se logre el impacto que, año tras año, consigue el FIB para Benicàssim. Y Colomer lo sabe. Aunque él prefiera destacar su interpretación del FIB como "sortilegio universal de la música y el triunfo de las artes sobre la decadencia y el cansancio. El FIB no se agota en los conciertos ni en los escenarios. El parnaso fondea en Benicàssim, en agosto 2003".
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