Las reservas de los embalses se reducen en 36,99 hectómetros por el calor y la ausencia de lluvias

El agua embalsada en las tres provincias se ha reducido de forma importante. Según la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), las reservas de agua han mermado en 36,99 hectómetros cúbicos en los últimos días respecto a las mediciones realizadas la pasada semana. Los 27 embalses repartidos por el territorio valenciano almacenan agua sólo al 31,62% de su capacidad. De los 3.322,7 hectómetros cúbicos que caben, hay 1.050,60 hectómetros cúbicos. La escasez de lluvias y las altas temperaturas agudizarán el descenso de los niveles de agua en los próximos días. La bajada más importante registrada en la última semana corresponde al embalse de Alarcón, 18,72 hectómetros cúbicos menos que hace siete días, que se encuentra al 30% de su capacidad. En parecida situación se encuentran los embalses de Benagéber y Muela.

La previsiones meteorológicas no son optimistas para que se registren cambios en esa situación. El Instituto Nacional de Meteorología anuncia para los próximos días altas temperaturas, un ligero descenso hacia el fin de semana y de nuevo un ascenso para la próxima semana.

De hecho, las altas temperaturas y la escasez de agua se están dejando sentir de forma severa en la agricultura. Joan Brusca, secretario general de La Unió de Llauradors, reiteraba ayer que la campaña de cítricos de este año será, como mínimo, un 10% menor que la del pasado año -que ya fue especialmente corta-. Brusca explicó que la sequía es evidente en zonas como la comarca de La Vega Baixa, donde las alcachofas y el brócoli no han podido aún ser plantados porque no hay agua disponible. Brusca agregó que a pesar de reiterados contactos con la Consejería de Agricultura "no ha habido respuesta alguna". En la misma línea se pronunció ayer el secretario provincial de La Unió en Castellón, Vicent Goterris, al advertir que la cosecha de aceitunas se reducirá en un 20% si no llueve.

Por otra parte, la mujer de 79 años que el domingo murió ante las Torres de Serrano de Valencia falleció de un infarto, según confirmaron fuentes del Instituto Anatómico Forense, y no, como se había especulado, a causa de un golpe de calor.