Ronaldinho no puede con todo
El Manchester City destapa la escasa capacidad ofensiva y la flaqueza de la defensa del Barça
A Frank Rijkaard le queda trabajo por hacer. A un encuentro con nota le sigue otro con suspenso. Ayer, el Manchester City, equipo que también jugará la Copa de la UEFA, destapó las importantes carencias del Barça. Quizá el mayor rodaje de los blues y el cansancio de los azulgrana influyeron en el resultado, pero también son ciertas otras cosas. Ronaldinho deja destellos de su clase a cada paso, pero no puede con todo: el equipo sigue teniendo falta de gol y, de momento, sólo los garantiza Saviola, que se reivindica a diario para no acabar de suplente. Y la defensa, en la que se estrenó el mejicano Márquez, es débil.
Rijkaard puso a cada jugador en su sitio para lograr un fútbol vistoso en el ataque y fuerte atrás. Pero la medular no asistió a los extremos, que, cuando la recibían, tampoco desbordaron. Una película muy vista. Overmars no pudo con el chino Sun ni Quaresma con el australiano Tiatto. Y, como factor añadido, la puntería de Kluivert no apareció. No es novedad. El holandés se rige por su instinto y no por pensar. Si lo hace, falla. Y ayer le sucedió por enésima vez. No resolvió en el único uno contra uno ante Seaman.
MANCHESTER CITY 2 - BARCELONA 1
Manchester City: Seaman; Sun, Distin, Sommeil (Sibierski, m. 74), Tiatto; Wright, Bosvelt (Barton, m. 74), Benarbia (Berkovic, m. 28), Sinclair (Dunne, m. 74); Fowler (Macken, m. 64) y Anelka (Wanchope, m. 64).
Barcelona: Rustu; Puyol, Andersson (Gerard, m. 46), Reiziger, Óscar López (Ros, m. 82); Xavi (Márquez, m. 82), Cocu; Quaresma (Saviola, m. 46), Ronaldinho (David Sánchez, m. 82), Overmars; y Kluivert (Iniesta, m. 64).
Goles: 1-0. M. 33. Error defensivo de Reiziger que aprovecha Anelka.
1-1. M. 57. Saviola bate a Seaman tras un contragolpe de Xavi.
2-1. M. 67. Sinclair supera a Rustu de un excelente testarazo.
Árbitro: R. Helsey.
Unos 40.000 espectadores en el City of Manchester Stadium, el nuevo campo de los blues, que sustituye a Maine Road. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Marc-Vivien Foé, jugador camerunés del Manchester City fallecido en junio en un partido con su selección.
No sólo eso: los azulgrana estuvieron faltos de chispa, de garra, desacostumbrados a jugar a las tres de la tarde. O quizá porque el pillo Saviola no jugó de entrada. En todo caso, el partido fue soporífero y sólo los destellos mágicos de Ronaldinho devolvieron la atención. De nada le sirvió al Barça tener la pelota. El Manchester City aguardó como un felino para dar el zarpazo. Eso fue lo que sucedió a la media hora: Anelka, atento, no desperdició el error que cometió Reiziger en un despeje. El encuentro se animó, pero se puso feo para el Barça. El Manchester City aprovechó entonces el desconcierto azulgrana: Óscar López se esmeró en detener las entradas del lateral Sun y el extremo Wright. Los centrales dudaron en cada acción y sólo Puyol pareció tener las ideas claras. En uno de esos ataques, Sinclair estuvo a punto de aumentar la ventaja inglesa. En una tregua de los blues apareció la gran jugada de Ronaldinho, pero acabó en manos de Seeman.
Rijkaard tomó nota en el descanso y removió la alineación de arriba abajo. Puso a Saviola en punta, a Ronaldinho en la izquierda y a Kluivert como media punta. El pibito volvió a demostrar que está en racha al definir un contragolpe bien llevado por Xavi y Kluivert. Fue su cuarto gol del verano, que sirvió, seguramente, para acrecentar el dilema de Rijkaard entre el holandés y el argentino. La alegría del Barça duró, sin embargo, diez minutos. Los blues prosiguieron con su fútbol sencillo, pero eficaz. El Manchester City tomó el mando, ante la evidente fatiga del Barça, y puso cerco a Rustu. Sinclair marcó después de cabeza y ahí se acabó la esperanza azulgrana. Sólo Iniesta puso en apuros a Seeman tras un gran pase del brasileño que acabó en el palo. Kevin Keegan tiró del costarricense Wanchope en vez de Anelka y el festival siguió con un fútbol directo hasta que el partido concluyó con el Barça agotado y sin levantar cabeza.
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