De vuelta al mundo
El Madrid cierra una gira asiática llena de publicidad, dinero, folclore, anécdotas y polémica
El Real Madrid reunió a los futbolistas más populares e hipotecó su pretemporada con una gira de 30.000 kilómetros durante 19 días: cinco ciudades del Extremo Oriente, cuatro partidos de exhibición y... demasiado tiempo sin dormir. La respuesta del público, desde el sur de China hasta Pekín, Japón, Hong Kong y Tailandia, ha sido abrumadora. Pero la expedición blanca ha sobrevolado en su avión alquilado medio globo: Europa, Medio Oriente, el golfo Pérsico, Afganistán, Pakistán, India, la antigua Birmania, Indochina, China, el océano Pacífico... Las consecuencias médicas de tanto trajín son un misterio. En el césped, Beckham ha dado síntomas de adaptación y el equipo ha mostrado toda su exuberancia frente a rivales muy pobres. Fuera, los jugadores dicen sentirse hartos del confinamiento al que han sido sometidos.
- LOS JUGADORES, HARTOS. En privado, los jugadores se confiesan hartos de la gira. No han soportado el hacinamiento en los hoteles, de los que sólo se les ha permitido salir para entrenarse, jugar y apoyar ceremonias de patrocinio, siempre en medio de una multitud de fanáticos que nunca se dispersa y que hace vigilias de días enteros. "Si viajamos a otro país más, me vuelvo loco", dijo Roberto Carlos antes de despegar hacia Bangkok desde Hong Kong. Precisamente en la antigua colonia británica fue donde los futbolistas disfrutaron de su primera noche libre tras 14 jornadas sin salir de la concentración. Beckham, McManaman y Raúl Bravo salieron del hotel Grand Hyat sin poder eludir a decenas de fotógrafos profesionales y cazadores de imágenes para los tabloides locales. Los persiguieron en motos a través del túnel de Kouloon. Luego, cientos de hinchas mezclados con los reporteros les esperaron a la salida de los bares que visitaron y siempre tuvieron la sensación de vivir bajo vigilancia. "¡Y todo por ir con Beckham!", se lamentó Bravo. Un periódico publicó al día siguiente que Figo le había arrebatado de mala manera la cámara a un fan al llegar al hotel, de madrugada, creyendo que era un paparazzi.
- CAMPAÑA ELECTORAL. Algunas anécdotas mancharon la imagen del Madrid en Hong Kong, donde las elecciones a la alcaldía, inminentes, llevaron al club al terreno de los discursos de la campaña. El alcalde actual, que lucha por la reelección, fue acusado de corrupción por el retador, que le criticó por contratar al Madrid. Más allá de las críticas de la prensa, acusando al club de tener intereses puramente mercantilistas, los aficionados respondieron bien. La publicidad que da el Madrid a una ciudad limpia de neumonía ha valido una reelección, se ufanan los directivos.
- CONFLICTO DE INTERESES. Las pretensiones del vestuario no siempre van de la mano de la política de Florentino Pérez. Los jugadores prefieren no fatigarse por lugares remotos o, de hacerlo, tener cierta libertad en los viajes. El club, que "debe predicar con el ejemplo", según Pérez, procura la vida monacal de sus estrellas. Nada de salir del hotel a darse un garbeo, y mucho menos antes de los partidos. Entrenarse, dormir y viajar sin rechistar son los mandamientos, además de atender las actividades de patrocinio cada vez que Carlos Queiroz ceda. Para evitar actividades antirreglamentarias, el club dispone de todo tipo de informadores: empleados de los hoteles y periodistas chivatos.
- LOS SUEÑOS DEL PRESIDENTE. Florentino Pérez sueña con lo que llama un viaje galáctico. El año que viene quiere llevar al Madrid a California, Australia y Shangai y sus directivos le avalan. Todos saben que es el momento de "evangelizar al mundo", como le gusta decir al presidente, según el credo blanco. "¿Cuándo será el Madrid capaz de juntar a jugadores de esta talla otra vez?", se plantean los directivos; "a lo mejor pasan años. Por eso hay que aprovechar para reforzar la imagen del club. Ésta es una coincidencia irrepetible".
- EL CARNÉ MADRIDISTA. El Madrid ingresará ocho millones de euros por los cuatro amistosos. Una buena tajada, pero incomparable con el negocio del carné madridista. La venta de los sentimientos es una ilusión rentable. Por 30 euros anuales se puede gozar de la condición de aficionado oficial, con suscripción a la revista Hala Madrid y descuentos en las tiendas, entre otros derechos. Que esta cantidad la abonen millones de asiáticos se convierte en la mejor forma de rentabilizar estas giras, una alternativa financiera tras la deflación en España de los derechos televisivos.
- UN EXPERIMENTO CIENTÍFICO. El Madrid viajó a Asia con tres médicos, entre ellos el fisiólogo Luis Serratosa, cuando lo normal es uno. Se esperaban lesiones graves. Ante las exigencias del viaje, los doctores se mostraron escépticos y los entrenadores establecieron ejercicios menos intensos. Cuando el equipo se concentraba en Europa, la primera fase de la preparación era extenuante para construir una base de resistencia. Ahora, los jugadores no se han llegado a cansar. ¿Caerá el rendimiento cuando deban competir? Los médicos no dicen ni sí ni no. De momento, las lesiones no han cambiado. Pero el futuro es incierto. Los médicos se dedican a archivar datos de los jugadores como si la gira hubiera sido un gran experimento científico.
- LOS "DEGENERADOS". Allí donde ha ido el Madrid había miles de aficionados fuera de sí. Muchos conocen hasta la marca de los calzoncillos de Beckham, pero no que un partido dura 90 minutos. Amor a la fama. Algo muy distinto a lo demostrado por otros que se presentaban, con cuentagotas, a curiosear con la camiseta del Atlético. Son los irreductibles al plan de la directiva, que bromea: "En todas partes hay degenerados".
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