Los suplentes no honran a Sirikit
Hay jugadores maduros e inmaduros, en forma y fuera de forma, concentrados en un objetivo y con la cabeza en otra parte. El Madrid que ayer salió al campo estuvo compuesto por algunos futbolistas pendientes de subirse al avión cuanto antes, de regreso a España, otros muy verdes y uno que otro con signos de cansancio. La compañía de músicos folklóricos que amenizó la velada para el palco del monarca Ramal IX -a su diestra se sentó Florentino Pérez- no debió de suponer de gran estímulo tampoco. Un acto exótico, acaso poco futbolero, y muy acorde con el tono de la gira.
El técnico, Carlos Queiroz, decidió administrar el banquillo con más sustituciones que nunca. Dejó a Ronaldo sin jugar y dio descanso a Figo, que está lesionado. Y durante toda la primera parte los jugadores no consiguieron hacerse con el partido. La selección de Tailandia tuvo el balón y lo llevó hasta la puerta de Casillas con cierta facilidad. Los tailandeses presionaron y el Madrid no encontró respuestas. La banda izquierda estaba mermada por la presencia de Bravo, muy tosco, y de Guti, que detesta jugar pegado a la raya. La fatiga de Beckham, el único jugador que ha iniciado los cuatro encuentros de la gira, se patentó con los minutos. La defensa fue netamente canterana, salvo por la presencia de Celades en la derecha. La línea propició flaquezas. Rubén todavía no consigue controlar su ímpetu, parece que llega sobrado y se queda corto. Pavón, que es de la misma camada, a su lado parece un veterano.
TAILANDIA 1 - REAL MADRID 2
Tailandia: Rawangpa; Pajakata, Sirwong, Prommarat, Singtong; Caimán, Sripan, senamuang, Phoruandee; Chalermsan y Suttabut (Subsomkit, m.46).
Real Madrid: Casillas; Celades (Salgado, m. 46), Rubén (Helguera, m. 62), Pavón (Roberto Carlos, m. 46), Bravo; Beckham (Solari, m. 60), Cambiasso (Makelele, m. 60), Zidane, Guti; Portillo (Raúl, m. 60) y Morientes.
Goles: 0-1. M.41. Portillo remata un balón suelto, tras una entrada de Morientes.
1-1. M.59. Subsomkit.
1-2. M. 63. Morientes, a pase de Guti.
60.000 personas en el estadio Nacional de Bangkok.
Los cambios favorecieron al Madrid porque le dieron simetría. Tailandia perdió oxígeno y el Madrid sacó el balón con más serenidad y elaboró jugadas más profundas. Nada que intimidara del todo a Tailandia. Los asiáticos siguieron llegando con peligro y mandaron un balón al larguero. Tenían ganas de honrar con un empate a la reina Sirikit, que cumplía años. Para su desgracia, el gol de Morientes lo impidió.
Al final, la encendida de velas en el graderío, los fuegos artificiales y el himno nacional de Tailandia cerraron la última noche de la gira madridista por Asia.
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