El temple de Rijkaard

Más que de entrenador, Frank Rijkaard ejerce de profesor de escuela primaria. Paciente, inalterable ante los fracasos, el holandés actúa como un psicólogo cuando aparece la derrota. "No pasa nada", dijo ayer tras perder el segundo encuentro del verano. De cinco partidos, el Barça ha sucumbido ante los dos equipos de Manchester (3-1 ante el United), pero equilibra su balance con sus victorias sobre el Milan (2-0), el Juventus (2-2, en los penaltis) y el Leicester (0-1).

Al igual que la plantilla, Rijkaard se toma tiempo sin transmitir nerviosismo. "He sacado conclusiones", afirmó antes de salir del City of Manchester Stadium para luego disculpar a sus jugadores: "Son demasiados viajes, partidos y lesiones".

Rijkaard tildó el juego del Barça de "poco brillante": "Sufrimos demasiado y se facilitó el juego fluido a los ingleses. Hay que mirar hacia adelante con trabajo y sentido común". Y advirtió: "Pese a la derrota, no se puede decir que haya ido todo mal". El holandés elogió a Saviola -"está en un momento notable, marca siempre y es muy agresivo"-, pero no aclaró si el pibito será finalmente titular. El argentino no sólo pugna con Kluivert: también con los otros tres extracomunitarios: Rustu, Ronaldinho y Márquez. "Trabajamos para buscar el equipo ideal", concluyó el técnico.

El optimismo, pese a todo, reina en el vestuario, que intuye que el Barça está predestinado a hacer algo importante tras cuatro años en blanco. La sensación la comparten desde Iniesta, el más joven, hasta Reiziger, uno de los veteranos. "Presiento que este año va a pasar algo grande en el Barça", dijo ayer el lateral.

El Barça viaja hoy a Irlanda del Norte, donde mañana cerrará ante el Derry su gira británica. Kluivert fue sustituido por sufrir una lumbalgia, pero podrá jugar. Son dudosos, en cambio, Luis Enrique y Jorquera, lesionados en Leicester.