El 'número dos' de Blair asiste al entierro del científico Kelly
Nueva polémica en el Gobierno británico ante el inicio de la investigación sobre su muerte
El científico británico David Kelly fue enterrado ayer entre las tumbas de una iglesia anglicana próxima al terreno arbolado donde se encontró su cadáver el pasado 18 de julio. Experto en armas biológicas y miembro del equipo de inspectores de la ONU en Irak, Kelly se quitó aparentemente la vida tras verse envuelto en un embrollo político y mediático en torno a la justificación del Gobierno de Tony Blair de la guerra en aquel país. Las circunstancias de su muerte, a los 59 años de edad, son objeto de una investigación judicial, cuyas sesiones de interrogatorios comienzan el próximo lunes.
Unas 160 personas acompañaron a la viuda, Janice, y sus tres hijas durante el entierro y funeral en la iglesia de Santa María de Longworth, en el condado de Oxfordshire. El viceprimer ministro, John Prescott, en representación del Gobierno, y el responsable de la investigación, el juez lord Hutton, asistieron a la ceremonia religiosa, celebrada en la intimidad. La policía acordonó el área y sólo se permitió la entrada al recinto de un equipo de televisión, un fotógrafo y un periodista.
Kelly trabajaba como asesor en armas para el Ministerio de Defensa, y su muerte ha precipitado una crisis en el Gobierno británico que tiene pocos signos de amainar. Su nombre saltó a la arena pública como la fuente de la BBC que denunció la supuesta manipulación por parte del Ejecutivo laborista de los informes del espionaje sobre la capacidad bélica real de Sadam Husein y, específícamente, la inclusión de que Irak podría lanzar un ataque con armas de destrucción masiva en 45 minutos. Blair se apoyó en esta amenaza precisa para justificar la urgencia de ir a la guerra.
Blair prestará declaración
A lo largo del proceso, Hutton llamará a declarar a Tony Blair, a su ministro de Defensa, Geoff Hoon, a directivos de la BBC, a responsables de las agencias de espionaje, así como a diputados, funcionarios y periodistas relacionados con el caso Kelly. Éstos y otros interrogatorios se celebrarán a puerta abierta, pero no serán filmados por cámaras de televisión, según una decisión del juez, que ha tenido en cuenta la opinión de la familia del científico.
A la espera de la apertura de las sesiones de trabajo, la polémica sobre la estrategia del Gobierno con vistas a la investigación está subiendo de tono. Un portavoz oficial de Blair, Tom Kelly (no está emparentado con el científico), se vio forzado esta semana a disculparse ante la viuda e hijas de Kelly por describir al experto en armas como un "Walter Mitty", personaje de ficción dado a las fantasías y sueños quijotescos. Las excusas de Tom Kelly llegaron tarde para deshacer el daño causado con su comentario despectivo y acallar las críticas de la oposición y medios de comunicación sobre la estrategia de doble filo de Downing Street. Tras el aparente suicidio de Kelly, Blair pidió "respeto y contención", pero, semanas después y antes de que se celebrara el funeral, el gabinete de comunicación del primer ministro intentaba desprestigiar al científico.
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