El Baix Llobregat pierde una cuarta parte del suelo agrícola en 7 años
Un estudio revela que la superficie urbanizada supera por primera vez a la cultivada
La disminución de la agricultura en el área metropolitana de Barcelona está adquiriendo proporciones muy importantes y alarmantes en algunas comarcas. Éste es el caso del Baix Llobregat, que ha perdido nada menos que 2.500 hectáreas de suelo agrícola, el 22% del total, en apenas siete años, los que van de 1993 al 2000. En esta comarca, y por primera vez en la historia, las zonas urbanizadas superan ya en extensión a las áreas cultivadas. Los datos proceden del Mapa de Cubiertas del Suelo de Cataluña, cuya versión de 1993 está siendo actualizada con fotografías de 2000.
Hace ya varios años que en el Baix Llobregat se constata "una pérdida continua de cultivos y espacios libres a favor de áreas ocupadas por viviendas, industrias, infraestructuras, canteras y otras intervenciones que van ocupando una proporción cada vez mayor del territorio", explica Josep Àngel Burriel, investigador del Centro de Investigación en Ecología y Aplicaciones Forestales (Creaf) y uno de los autores del trabajo. La reducción de la agricultura en esta comarca ha ido pareja al incremento de la superficie urbanizada, que ha aumentado en más de 500 hectáreas en este tiempo (el 6%) y se sitúa en unas 9.500 hectáreas, por encima de las 8.800 hectáreas de los cultivos. Por su parte, el área cubierta por bosques y matorrales aumenta ligeramente.
La desaparición de superficie agrícola y su transformación en espacio urbanizado comporta "una pérdida de hábitats que afecta a las poblaciones de muchas especies", según Joan Pino, investigador de ese mismo centro. Para este especialista en la ecología del paisaje, una de las consecuencias de este proceso es "la fragmentación de los ecosistemas y la dificultad de la conexión entre espacios naturales". Estos problemas estarían afectando seriamente al delta del Llobregat, cuya población de anfibios se considera un bioindicador de "una situación límite" en la que destaca la desaparición reciente del sapo común y la escasez de especies como la salamandra. Ambos animales eran antaño abundantes, pero el aislamiento de sus hábitats está acabando con sus poblaciones en el tramo final del río.
Bosques muy densos
Lo que está sucediendo en el Baix Llobregat ilustra el cambio acelerado que experimenta el paisaje del área metropolitana de Barcelona. Según Joan Pino, "los pocos espacios agrícolas que quedan están muy intensamente utilizados, los bosques son cada vez más densos, y los espacios de secano y los prados desaparecen. Nos estamos quedando sin espacios de tránsito entre el bosque cerrado y las viviendas, cuando estos espacios intermedios son precisamente los que pueden sostener una mayor biodiversidad".
El futuro, además, no invita al optimismo, pues parte de los terrenos más fértiles del Baix Llobregat están situados entre los términos municipales de Sant Boi y El Prat y se verán afectados en los próximos años por la construcción de la línea del AVE y otros equipamientos. La agricultura en esta comarca está empezando ya a ser una actividad muy minoritaria.
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