El consumo y la construcción permiten mantener un crecimiento del 2,3% este año
Economía recorta siete décimas sus previsiones para 2003 y prevé un 3% para el próximo año
Un año después de anunciar que la economía española crecería un 3% en 2003, el Gobierno ha tenido que reconocer que el avance se limitará al 2,3%, unas previsiones por encima de la media europea y de los pronósticos de organismos internacionales y que se sostienen gracias al consumo y la construcción. El Consejo de Ministros aprobó también las previsiones macroeconómicas para el próximo año, en el que se espera que el producto interior bruto (PIB) aumente un 3%. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, reprochó a empresarios y sindicatos la subida de los costes laborales.
La economía española se ha visto afectada por la desfavorable situación internacional, aunque ha sabido sortear la crisis mejor que el resto de Europa. Con este argumento, Rodrigo Rato amortiguaba la rebaja de siete décimas en sus pronósticos de hace un año y destacaba que mientras a la zona euro está creciendo un 0,8%, España avanza al 2,1%, según los datos del primer trimestre del año. La evolución de las bolsas, la crisis del petróleo, la situación en Irak y los escándalos financieros en Estados Unidos, destacó el vicepresidente, han lastrado el crecimiento mundial y, por tanto, el español.
Frente al panorama internacional, los datos de España se han basado principalmente en el tirón de la demanda y también de la construcción, beneficiada por el boom inmobiliario. De cumplirse las previsiones del Ejecutivo, el consumo cerrará el año con un avance del 2,9%, el mismo que se anunció hace un año. No obstante, para mantener ese aumento ha sido determinante el consumo público, por encima del previsto; mientras el de los hogares crece menos. A pesar de todo, Rato se mostró satisfecho por la contención de las administraciones públicas. Algo similar ha ocurrido con la inversión, un capítulo que se ha acelerado casi dos puntos con respecto a 2002, pero para el que el Gobierno había previsto mejores resultados (un 3,3% frente al 3,8% anunciado).
Pese a haber realizado un diagnóstico más ajustado a los últimos datos macroeconómicos, las nuevas previsiones del Gobierno mejoran los indicadores registrados en el último trimestre, lo que indica que el Ejecutivo espera un segundo semestre mejor que el primero. Aunque las nuevas previsiones reducen el crecimiento de la construcción, el nuevo dato del 3,7% sigue siendo muy intenso y significativo en la economía general. El Gobierno lleva meses augurando una moderación de este sector, que ya se está produciendo aunque a menor velocidad de la anunciada.
Más positivo que la UE
Las nuevas previsiones también superan en optimismo las lanzadas por la Comisión Europea, que augura a España un crecimiento del 2% este año; las de la OCDE, con un 2,1%, y las del Fondo Monetario Internacional, que eleva su pronóstico al 2,2%. La mayoría de los expertos llevaba meses advirtiendo de que el objetivo de crecer el 3% no se cumpliría.
Aunque el Ejecutivo ha fijado en el 2,3% el crecimiento español para este año, la previsión de empleo continúa invariable, con un aumento del 1,8% para este año, equivalente a cerca de 300.000 puestos de trabajo, que sumará una décima más en 2004. El ministro de Economía explica esta aparente contradicción en que la economía española es capaz de crear el mismo volumen de empleo con menos crecimiento. "La relación entre crecimiento y empleo es mejor de lo que creíamos, lo que demuestra que las reformas estructurales están funcionando", subrayó Rato. Este fenómeno, positivo para el ministro, deriva de una práctica mucho más negativa para algunos expertos y los sindicatos: gran parte del empleo que se genera en España es más precario que en otros países, por lo que se pueden crear más puestos cuantitativamente pero de peor calidad.
En el capítulo de empleo, Rato no quiso dejar pasar la ocasión de lanzar una reprimenda a empresarios y sindicatos para que moderen los costes laborales y, en particular, los salarios. El ministro los definió como "el elemento menos satisfactorio" del panorama económico. El coste laboral por trabajador creció un 5,2% en el primer trimestre del año y los salarios pactados, un 3,4% en el segundo trimestre, según los últimos datos conocidos de esos dos indicadores. "No es buen camino", advirtió el ministro, pues con una inflación en el entorno del 3% no se pierde poder adquisitivo, según Rato.
El Gobierno no difundió ninguna previsión de precios, aunque sí modificó al alza el deflactor del PIB, uno de los indicadores que mejor mide el crecimiento de los precios después del índice de precios al consumo. El deflactor para 2003 se ha fijado en el 4,3%, lejos del 2,8% anunciado en agosto del año pasado.
La revisión de previsiones económicas por tercer año consecutivo supone para el PSOE una "falta de rigor" en los Presupuestos de este año. El socialista Jordi Sevilla pidió al Gobierno que rectifique también sus estimaciones para 2004, a las que atribuyó "nula credibilidad" tras hablar de "las rebajas de agosto de Rato".
Rato no tiene quien le pregunte
Era un día para que el vicepresidente segundo y titular de Economía pudiera sacar pecho y apuntarse algún tanto de cara a la carrera presidencial. Aunque haya tenido que rebajar la previsión de crecimiento, la diferencia con el resto de la UE y "el octavo año de crecimiento consecutivo" que él mismo anunció le dejaban posibilidades de lucirse, además ante su opositor, el vicepresidente primero y portavoz, Mariano Rajoy. Pero Rato, que no tuvo que enfrentarse a preguntas incómodas, apenas disfrutó de oportunidades. Acudieron muchos periodistas de información económica. Rajoy estableció un turno de palabra basado en lo que parecía ser un criterio geográfico: desde los asientos situados más a la derecha hasta la izquierda. Pese a las muchas peticiones, el turno nunca llegó a la izquierda, nutrida fundamentalmente por periodistas de economía. El grueso de preguntas se dirigieron a Rajoy y a la ministra de Exteriores, Ana Palacio. Y como no había más tiempo para demorar las vacaciones...
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