"No se queden por mucho tiempo", piden los iraquíes
En la base ARCT-5 de los marines en Diwaniya el sol cae a plomo. Cuando sopla una brisa, se mueve un aire de fuego. No hay combates ni atentados en la futura zona de los soldados españoles. Parece un lugar empobrecido y seguro. El único incidente en cuatro meses y medio fue una bala perdida en los festejos por la muerte de Uday y Qusay, los hijos de Sadam Husein, que hirió en un pulmón a un militar estadounidense.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.