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Una fallida operación 'secreta' de Francia en el Amazonas desata las críticas de Brasil

El espionaje francés intentó rescatar a una política colombiana secuestrada por las FARC

El fracaso de una operación secreta francesa para liberar a la ex senadora colombiana Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC desde el 23 de febrero de 2002, ha provocado un incidente diplomático entre Brasil y Francia, además de malestar en el Gobierno de París. Un avión militar francés, con espías a bordo, permaneció cinco días en el aeropuerto brasileño de Manaos, pero no se pudo llevar a la persona que iba a buscar. La liberación iba a hacerse a cambio de armas, dinero o medicinas, según versiones periodísticas brasileñas, negadas por París.

El 9 de julio, un Hércules C-130 francés tomó tierra en el aeropuerto brasileño de Manaos con un pasaje integrado por militares y agentes del Servicio Secreto francés, además de Pierre-Henri Guignard, número dos del gabinete del ministro de Exteriores, Dominique de Villepin. El avión se adentró en Brasil y aterrizó en Manaos para una escala "técnica", a pesar de haber señalado Cayena (en la Guyana francesa) como destino.

Varios de sus ocupantes alquilaron una avioneta local y se dirigieron a São Paulo de Olivença, a orillas del Amazonas, a casi 1.000 kilómetros de Manaos. Iban al encuentro de Astrid Betancourt, la hermana de la ex senadora secuestrada, que había pedido la ayuda de Francia. Ingrid Betancourt tiene la doble nacionalidad, colombiana y francesa, y fue compañera del ministro De Villepin en el Instituto de Estudios Políticos de París.

A principios de julio, la familia Betancourt recibió la propuesta de una cita con las FARC. Las autoridades colombianas fueron alertadas para que no montaran una operación militar que pusiera en peligro la liberación de Ingrid Betancourt, según fuentes francesas no oficiales. La ministra colombiana de Exteriores se entrevistó con De Villepin el 4 de julio, pero ninguna de las dos partes ha revelado si allí se planteó la operación de rescate.

La extraña expedición francesa fue seguida por la policía federal brasileña. Tres días después de su llegada, los brasileños trataron de inspeccionar el Hércules, pero fueron rechazados alegando la "inmunidad diplomática". La policía federal brasileña sospechaba que llevaba un cargamento de armas destinado a la guerrilla a cambio de la libertad de Ingrid Betancourt, según el semanario brasileño Carta Capital, que levantó el escándalo una semana después. París ha negado toda negociación con las FARC.

El avión francés se marchó de Manaos el 13 de julio, cinco días después de su llegada. El embajador francés en Brasilia fue convocado para dar explicaciones. El jefe de la diplomacia brasileña, Celso Amorim, confirmó que el avión se había marchado por exigencia brasileña, y aseguró que su país "no había sido consultado", por lo que tampoco podía consultar con el Gobierno colombiano. La presidencia de Colombia, por su parte, asegura que no conocía la presencia de un avión militar francés en Manaos.

Además del incidente diplomático, el escándalo envenena las relaciones internas en el Gobierno francés, que no ha explicado quién tomó la decisión de enviar la expedición militar y qué se pretendía con ella. Un portavoz del presidente de la República reconoció el viernes que Jacques Chirac había dado su "acuerdo, en principio" al envío de un avión con "ayuda médica". Esta versión la dio el ministro de Exteriores, Dominique de Villepin.

Sin embargo, Le Monde revelaba ayer que en el avión viajaban agentes del Servicio Secreto. Este dato no ha sido desmentido por el Gobierno de París. Este detalle, según Le Monde, podría proceder del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, furioso por no haber sido advertido de la operación a pesar de que debía viajar a Colombia el 22 de julio.

La familia Betancourt ha buscado en todo momento la implicación de Francia para obtener la liberación de Ingrid, criticando fuertemente la política del actual presidente colombiano, Álvaro Uribe. A mediados de junio, la madre criticó públicamente al Gobierno de Uribe en París, en un acto contra la corrupción con presencia del magistrado español Baltasar Garzón y la francesa Eva Joly. La madre de Ingrid Betancourt protestó contra las operaciones militares del Gobierno colombiano. "Ponen en peligro la vida de mi hija Ingrid y de los demás rehenes", dijo, y pidió un "espacio humanitario" que permita la liberación de los rehenes en poder de las FARC.

Ingrid Betancourt, con dos negociadores de la guerrilla una semana antes de su secuestro, en febrero de 2002.
Ingrid Betancourt, con dos negociadores de la guerrilla una semana antes de su secuestro, en febrero de 2002.AP

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