"Hacemos canciones para provocar"
La sala Jam de Bergara está aprovechando el verano, periodo en el que muchas salas de conciertos bajan la persiana ante el éxodo vacacional, para programar a primeras figuras de la música moderna. Si la semana pasada tocó allí el grupo brasileño Sepultura, renovador del metal, mañana le toca el turno a Public Enemy, probablemente la banda más influyente del movimiento hip hop. El conjunto estadounidense, capitaneado por Chuck D. y Flavor Flav desde 1982, presentará las canciones de su octavo álbum, Revolverlution.
Public Enemy vuelve a quejarse del deterioro de la sociedad en ocho temas nuevos, tres cortes grabados en vivo y cuatro remezclas realizadas por otros tantos fans que ganaron un concurso convocado en Internet. Y es que, 21 años después de comenzar a rapear, el grupo neoyorquino continúa sirviéndose de un peculiar humor y dejando claro su postura ante distintos asuntos sociales y políticos. Sirva de ejemplo Son of a Bush, el nada laudatorio tema que dedican al presidente de su país. No en vano a Public Enemy se les ha llamado los Sex Pistols negros por su capacidad para agitar conciencias con las proclamas de sus canciones. "Hago arte y canciones para provocar, y no para gastar bromas", ratifica el cantante Chuck D.
Han editado Revolverlution en su propio sello, Slamjamz, pero esa doble condición de artista y empresario no impide al rapero despreocuparse de la piratería. "Desde el momento en el que [las discográficas] digitalizaron la música, se acabó. Además, tuvieron un periodo de diez años en el que pudieron ganar un montón de dinero", afirma. Si hay que creerles, a los autores de canciones como Bring the noise y Fight the power, que les han ayudado a despachar millones de copias, ni siquiera les obsesiona vender discos. Únicamente quieren que la gente escuche sus temas. "Prefiero tener a un millón de personas escuchando mi música, aunque sólo tres la compren", sentencia Professor Griff, otro miembro del grupo.