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El hospital de La Paz da marcha atrás al cierre estival de camas

El hospital cerró una de cada cinco camas hace diez días

Las urgencias del hospital de La Paz llevan semanas sumidas en un colapso "crónico e intermitente", según denuncian pacientes y sindicatos y admite la gerencia. Esto ha obligado al centro a reabrir una planta que había sido clausurada hace dos semanas con el argumento de que en verano desciende el número de personas atendidas en el centro. Los sindicatos denuncian la escasez de medios en la sanidad pública.

Un total de 258 de las 1.360 camas que tiene el hospital de La Paz están clausuradas desde el pasado día 15 dentro del plan de cierre estival de camas. La clausura, según el Instituto Madrileño de Salud (Imsalud), está justificada y sólo se cierran en vacaciones las camas que no fueron necesarias el año anterior.

Estos son los datos oficiales. La realidad, sin embargo, es que decenas de enfermos permanecen durante días en los pasillos del servicio de urgencias de La Paz a la espera de que quede una cama libre en alguno de los 15 pisos del centro. Uno de estos pasillos tiene tal trasiego de pacientes en camillas o sillas de ruedas durante las 24 horas que los trabajadores lo han bautizado con nombre de autopista: M-50.

"La situación es insostenible y vulnera las más mínimas condiciones de dignidad o respeto hacia los pacientes", criticó ayer la delegada del sindicato de enfermería Satse.

Las protestas de los enfermos ya son ampliamente admitidas por los trabajadores. Éstos explican que "resulta difícil de explicar lo que los enfermos se ven obligados a vivir". "En el box de mujeres de La Paz, con capacidad para 18 camas, hoy están instaladas el doble", explica la delegada de Satse.

En el pasillo

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El pasillo que da entrada a la sala también está tomado por más enfermos, en sillas de ruedas o camillas. La mayoría es gente mayor. Todos ellos tienen sus dolores y síntomas, gimen en caso de sufrir dolores y tratan de descansar. Allí en medio comen, beben y toman su medicación. Los auxiliares, a la vista de todos, les desnudan y limpian cuando es necesario.

La situación llegó ayer a tal extremo que el hospital decidió reabrir 13 camas de una de las plantas clausuradas. Fue en vano: el pasillo (la M-50) se llenó en menos de dos horas.

"No sirve reabrir camas si no aumentan las plantillas. Ahí está el problema real. Una enfermera de urgencias ha tenido que subir a planta para atender las 13 camas reabiertas. Pues bien, el pasillo de urgencias se ha vuelto a llenar en una hora y entonces había una enfermera menos para atenderlos", criticó el sindicato Satse.

Un portavoz del hospital admitió la "sobrecarga asistencial" que sufre el centro desde hace varias semanas. "El número de enfermos este verano es mayor que el de otros años", explicó. La mayoría de los pacientes es gente mayor (un 70% tiene más de setenta años) que sufre dolencias cardiovasculares.

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