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Reportaje:

Buscando a Dounia

Una madre reclama a Marruecos el cadáver de su hija, secuestrada por su padre en 1997

Dos fotos y un féretro vacío son lo único que le ha quedado a Belén Tapia de su hijita, Dounia, hoy presuntamente muerta. La niña, de un año y medio, fue secuestrada por su padre y sus tíos, marroquíes, el 20 de abril de 1997 en Zaragoza, y trasladada ilegalmente a Marruecos.

Ese día empezó lo que Belén Tapia llama su "calvario". Una nube interminable de trámites policiales, judiciales y diplomáticos, tanto en Madrid como en Rabat, para tratar de recuperar a su única hija. Tapia llegó a pagar, en un descampado junto a la playa de Casablanca, un anticipo de dos millones de pesetas (unos 12.000 euros), a cuenta del rescate de 10 millones exigido por el padre, Abdelhilah Chahidi. Volvió a España golpeada, sin el dinero y sin la niña.

A Exteriores no le consta la muerte, pero la Casa Real española dio el pésame en enero

El caso llegó al primer ministro marroquí, Abderramán Yusufi. "Me entrevisté con él", cuenta Tapia. "Se comprometió a entregarme a Dounia el 7 de febrero de 2000 en Rabat", recuerda. Ese día, dice, adujeron "demoras". "Que la niña estaba en el Sáhara, luego que venía de Finlandia..." Pocos días después, autoridades marroquíes le informaron "verbalmente" de que la niña estaba muerta y los secuestradores habían huido. Pero el certificado de defunción no llegó nunca.

Ayer Belén Tapia se manifestó con un pequeño ataúd vacío frente a la puerta de la Embajada de Marruecos en Madrid. "Sólo quiero saber qué ha sido de mi niña y, si está muerta, que me la entreguen para poder enterrarla en España, bajo su verdadera identidad", rogó entre lágrimas. Fuentes de la Embajada denegaron hacer comentarios sobre la protesta.

Dounia fue secuestrada en Zaragoza y luego llevada a Marsella y de allí a Marrakesh, donde se pierde su rastro. Las autoridades marroquíes, que suministraron estos datos, justificaron las dificultades para encontrarla en un cambio de identidad de la niña y de sus captores, gracias a pasaportes falsos. Pero desde febrero de 2000, tras anunciar la muerte de la pequeña, Tapia afirma que "dejaron de colaborar".

Belén y Abdelhilah se conocieron hablando francés. Ella quería aprender el idioma y él, que había llegado dos años antes a España, daba clases. Comenzaron una relación sentimental, él se instaló con su madre en el piso de ella y Belén quedó embarazada. Para cuando nació Dounia la vida en común "era un infierno". "Me maltrataba, me chantajeaba, llegó a tirarme por una escalera", cuenta. Esta agresividad contrastaba con la imagen pública de Abdelhilah, que decía haber estudiado arquitectura en Marruecos y a quien su ex mujer recuerda "siempre impecable, perfumado y vestido de Armani", gracias al dinero de ella.

"Él ya me había amenazado con llevarse a la niña", recuerda Tapia. "Lo hacía para pedirme dinero". Precisa que el padre de Dounia tenía una situación legal precaria en España: "Estaba en libertad condicional por haber abandonado a otra hija de una relación anterior, a la que también había intentado secuestrar".

Como Belén ya le había denunciado por malos tratos, "el temía que le echaran del país". Según Tapia, esto fue lo que le decidió a secuestrar a la niña con ayuda de sus dos hermanos, un domingo, aprovechando el régimen de visitas. Tras el secuestro, intentó canjearla por la retirada de cargos judiciales y, al no lograrlo, exigió dinero para devolverla. Eso fue en 1997. Los contactos telefónicos siguieron hasta 2000. "Abdelhilah me llamaba para insultarme y pedirme dinero. Ni una sola vez en todos estos años escuché la voz de mi hija", sostiene Tapia.

En artículos recientes, la prensa marroquí ha dado a Dounia por muerta, víctima de una afección pulmonar. En Madrid fuentes de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores afirmaron ayer que "no ha habido ningún documento oficial de la Embajada de Marruecos que confirme el fallecimento". Para España, pues, "la niña está viva, aunque no tenemos precisiones sobre su paradero ni sobre la identidad bajo la cual ha vivido estos años".

La Casa Real española, sin embargo, ya ha dado su pésame a la madre. El 22 de noviembre de 2002, ante el fracaso de todo lo realizado para recuperar a Dounia, Tapia le escribió al Rey pidiendo ayuda. "Su Majestad me ha encargado que en Su nombre le dé su pesar por la irreparable pérdida de su hija y un saludo lleno de afecto..." , dice un párrafo del texto que recibió por respuesta, fechado el 23 de diciembre de 2002. Para Belén, la carta fue la confirmación de sus temores. "Yo sólo pido la verdad y el cuerpo de mi hija", sostuvo ayer.

Tras el secuestro de su hija Belén Tapia fundó en Zaragoza la Asociación para La Recuperación de Niños Sacados del País. La organización ha contribuido a rescatar a 21 menores secuestrados por sus padres, y logró en diciembre de 2002 que las Cortes penalizaran este delito. Hasta entonces, estos casos no eran considerados secuestros en España sino "traslado ilegal de personas". El 30 de agosto Dounia Chahidi Alaoui Tapia cumpliría ocho años. Ella y su madre no se ven desde hace seis.

Belén Tapia, madre de Dounia Chahidi, secuestrada en 1997, ayer frente a la Embajada de Marruecos.
Belén Tapia, madre de Dounia Chahidi, secuestrada en 1997, ayer frente a la Embajada de Marruecos.CLAUDIO ÁLVAREZ

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