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Una empresa vende 400 viviendas casi al doble de precio que pagó en enero

Los inquilinos exigen su derecho de retracto

Una juez de Madrid ha admitido a trámite la demanda de retracto presentada por 59 de los 414 inquilinos de un edificio de la calle de la Princesa (Moncloa), cuyos apartamentos fueron vendidos por la empresa Vallehermoso a Restbuild en enero y están siendo revendidos por ésta a casi el doble de precio. Los inquilinos aseguran que se ha cometido un "fraude de ley" que ha dado lugar a una "operación especulativa": las empresas, según los demandantes, se aferraron a una "argucia legal" para negar a los inquilinos de los pisos el derecho a comprarlos al mismo precio que Restbuild.

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Las empresas implicadas en la operación subrayan que "todo es legal"

Los números 3, 3 duplicado y 5 de la calle de la Princesa forman un "edificio complejo" (sobre plano, un solo edificio corrido) que ocupa parte de la plaza de los Cubos. Ese edificio -cuyos bajos están ocupados por locales comerciales, restaurantes y cines- era íntegramente propiedad de la empresa Testa Inmuebles en Renta SA, del Grupo Vallehermoso, hasta el 30 de enero de este año. Ese día, Testa vendió los 414 apartamentos del bloque, con sus inquilinos dentro, a otra empresa, la catalana Restbuild SL, del Grupo Restaura, por 58.193.305 euros, según figura en el Registro de la Propiedad.

Ese precio total, dividido entre los 29.512 metros cuadrados que ocupan las 17 plantas de viviendas del edificio, arrojan una cantidad de 1.950 euros por metro cuadrado. Eso es lo que pagó Restbuild en enero. Inmediatamente después puso los pisos en venta. En su página web figura lo que está cobrando por los pisos ahora, siete meses después: entre 3.100 y 4.000 euros por metro cuadrado. Ya ha vendido 120 apartamentos. "Es nuestro legítimo derecho", explicó a este periódico Javier González, director general del Grupo Restaura. "Los precios los marca el mercado".

La Ley de Arrendamientos Urbanos, según los abogados de los demandantes, concede a los inquilinos el derecho preferente a comprar al propietario la vivienda en la que habitan en caso de que un tercero exprese su deseo de adquirirla, y eso al mismo precio de compra ofrecido por el tercero. Es lo que se llama derecho de retracto, y es lo que los inquilinos de la plaza de los Cubos exigen que se les reconozca.

Excepción en la ley

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Pero hay una excepción: la ley elimina el derecho de retracto "cuando la vivienda arrendada se venda conjuntamente con las restantes viviendas o locales propiedad del arrendador que formen parte de un mismo inmueble". Es decir, cuando el edificio se vende en su totalidad. Sin embargo, Testa sólo vendió a Restbuild las viviendas, no los locales de la planta baja, ni los cines, ni el aparcamiento subterráneo.

Y ahí se produce la "argucia legal" que denuncian los inquilinos, y que ambas empresas defienden como práctica "absolutamente legal y de buena fe": antes de desprenderse de él, Testa dividió jurídicamente el edificio en varias "fincas registrales independientes" (que figuran como tales en el Registro de la Propiedad): por una parte las viviendas, por otra las oficinas, los locales comerciales, el aparcamiento, los sótanos... Y vendió a Restbuild sólo una de ellas, la que forman los 414 apartamentos en alquiler. Así, lo que Restbuild adquirió era, jurídicamente, una "unidad registral" íntegra, y los inquilinos perdieron su derecho a retracto. Restbuild les ha ofrecido venderles los pisos en los que habitan, pero ya no a 1.950 euros el metro cuadrado, sino a casi el doble, entre 3.100 y 4.000 euros.

Juan Molins, del despacho Chamorro y Molins, que ejerce la defensa de 59 de esos inquilinos, admite que la operación no puede tacharse de "ilegal", pero asegura que sí puede hablarse de un "fraude de ley". "Es una típica operación especulativa, realizada bordeando peligrosamente la ley. Las empresas crean una figura absurda, la de la 'finca registral independiente', que significa algo así como que los apartamentos flotan en el aire, porque no tienen ni suelo, ni sótanos, ni planta baja... Eso puede ser legal, pero no tiene ningún sentido", dice Molins. Aun pensando que todo es legal, los abogados consideran la posibilidad de acudir a la fiscalía para denunciar "un posible delito de maquinación para alterar el precio de las cosas".

Paradójicamente, la demanda de retracto no se presenta contra Testa Inmuebles, que es quien, en todo caso, tendría que haber ofrecido a los inquilinos la posibilidad de comprar, sino contra Restbuild. ¿Por qué? Porque Testa "ya no puede hacer nada al no ser propietaria, aunque sea corresponsable de la operación", arguye Molins. Antes de sacar a la venta los pisos, y para poder pagar los 58 millones a Testa, Restbuild pidió un préstamo al Banco Sabadell constituyendo una hipoteca global de 80.447.000 euros sobre los apartamentos. Los inquilinos han incluido a la entidad bancaria en la demanda por "financiar, también legalmente, la operación especulativa".

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