Estación de Sol

El ministro de Fomento, de acuerdo con el alcalde de Madrid, ciudadanos que sólo utilizan los transportes interurbanos el día de su inauguración, sin consultar a la mayoría de los madrileños, que sí utilizan a diario los transportes mencionados, decidieron emprender la costosa e innecesaria obra de llevar el tren hasta la Puerta del Sol, uno de los puntos de la ciudad mejor comunicados por infinidad de líneas de autobuses y de metro y a cinco minutos de las estaciones de Atocha y Recoletos. Las obras durarán cuatro años si no se demoran, durante los cuales el trastorno para comerciantes y viandantes será morrocotudo.

Las cartas están echadas, parece ser que ya no hay vuelta atrás y, claro, aquí, pese al descontento de los ciudadanos, que como siempre serán los paganos, no se podrá reponer nada como cuando se quitaron de la plaza las famosas farolas pirulí ante las protestas de muchos madrileños para dejar el lugar de lo más cutre con la mezcla de estilos que no casan y salpicado de figurillas sin orden ni concierto.

¡Por favor, señores! ¡No nos deformen más nuestra querida Villa!, si tienen que crear empleo municipal, acuérdense de los barrios olvidados de la periferia, donde todavía queda mucho por hacer.