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LA POSGUERRA DE IRAK

Blair ordenará que un juez de la Cámara de los Lores investigue la muerte de Kelly

La oposición conservadora contempla la posibilidad de suspender las vacaciones parlamentarias

La casi segura muerte del científico David Kelly puede provocar un cataclismo político en el Gobierno de Tony Blair, pero augura también consecuencias para la prensa y para los diputados que forman parte de la comisión de investigación parlamentaria, según los analistas políticos. El primer ministro británico, que despegó de Washington en la gloria tras recibir varios homenajes y, horas después, no podía ocultar su preocupación al aterrizar en Tokio, hizo saber en la capital japonesa que, si se confirma la muerte de Kelly, será investigada por un juez de la Cámara de los Lores.

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El calado del efecto político de la muerte del científico que el Gobierno identificó públicamente y trató como el topo de la BBC, dependerá en gran medida de las propias causas del fallecimiento. Si se tratara de un asesinato, la tormenta política tendría consecuencias ahora mismo impredecibles. Pero incluso si se trata de un suicidio o de una muerte causada por el estrés al que el profesor Kelly se ha visto sometido en los últimos días, el Gobierno, Tony Blair, y desde luego su director de Comunicaciones y Estrategia, Alastair Campbell, pueden verse en el ojo del huracán.

La oposición se mostró ayer relativamente prudente a la espera de que hoy se confirme la identidad del cadáver. El líder conservador, Iain Duncan Smith, exigió que la investigación anunciada por el Gobierno no se limite a escudriñar la muerte de Kelly y se reservó la posibilidad de pedir hoy que el Parlamento interrumpa sus recién estrenadas vacaciones veraniegas para discutir este caso.

Pero no sólo el Gobierno puede sufrir las consecuencias de una investigación parlamentaria. Andrew Marr, el comentarista político de la BBC, incluía ayer al Parlamento y a su propia empresa y al periodismo en general entre los posibles damnificados. "Muchos en la prensa van a pedir la cabeza de Campbell, pero también la BBC va a tener que responder a muchas preguntas. Incluso el comité parlamentario, que deberá responder si es adecuado hacer ese tipo de interrogatorios y hacerlos en público".

Tony Blair, que el viernes volvió a reivindicar durante su visita a Estados Unidos la guerra en Irak y aseguró que la historia les perdonará tanto al presidente George W. Bush como a él mismo si al final no se encuentran las armas de destrucción masiva con las que justificaron el ataque, está ya señalado por el dedo mediático.

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El primer ministro británico, Tony Blair, y su esposa, Cherie, a su llegada, ayer, al aeropuerto de Tokio.
El primer ministro británico, Tony Blair, y su esposa, Cherie, a su llegada, ayer, al aeropuerto de Tokio.AP

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