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Tribuna:LA MÁQUINA HUMANA | TOUR 2003
Tribuna
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Cilindrada y eficiencia

Desde finales de los noventa, diversos estudios científicos, casi todos ellos realizados por investigadores españoles, han evaluado las características fisiológicas de los participantes del Tour. Entre los corredores estudiados hay ciclistas, muchos de ellos aún activos, capaces de clasificarse entre los diez primeros de la general. O de ganar la carrera, como Miguel Indurain. En cambio, poco o nada sabemos de aquellos que corrieron el Tour en el pasado, pues no hay estudios científicos al respecto.

En deportes de resistencia, la cilindrada del motor humano se define por su capacidad de consumir el mayor volumen posible de oxígeno durante esfuerzos máximos. Más del 90% del oxígeno que consume el ciclista lo utilizan los músculos de sus extremidades inferiores y sus músculos ventilatorios, como el diafragma o los intercostales, para contraerse.

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Para acabar el Tour hay que tener un motor de alta cilindrada, aunque no excepcional. El consumo máximo de oxígeno (abreviado VO2max) de los participantes del Tour no es muy diferente del VO2max de los ciclistas aficionados de buen nivel. Suele oscilar entre 5.000 y 5.500 mililitros por minuto (ml./min.). O entre 70 y 80 ml./Kg./min., si expresamos esta variable en función del peso corporal del ciclista. En cambio, el VO2max de los atletas (kenianos, por ejemplo) y esquiadores de fondo puede sobrepasar los 80 ml./Kg./min., algo menos frecuente en ciclismo.

La segunda característica para ser un hombre-Tour, tanto o más importante que la anterior, es la eficiencia mecánica. Es decir, la capacidad que tienen los músculos, en el caso del ciclista los de sus extremidades inferiores, de transformar la energía que consumen en trabajo mecánico -es decir, en vatios-. Por cierto que el científico español Severo Ochoa fue uno de los primeros en estudiar la eficiencia a nivel celular.

Cuando los ciclistas amateurs o las personas sedentarias pedalean, su eficiencia mecánica no suele pasar del 22%. Es decir, que el 78% de la energía que consumen sus músculos se desperdicia como calor, que el cuerpo debe eliminar enseguida, sobre todo a través de la evaporación del sudor. En cambio, los hombres-Tour son mucho más eficientes, y alcanzan cifras promedio de 24%. Algunos incluso se acercan al 28%.

Mientras que el VO2max suele estar determinado en gran medida por la herencia genética de cada ciclista, sobre todo por los genes heredados de la madre, se supone que la eficiencia mecánica es una variable mejorable con los años de entrenamiento. Que por algo los profesionales recorren al menos 35.000 Km. por temporada. Aquellos ciclistas a los que la naturaleza ha dotado con un VO2max relativamente bajo, de 65 a 70 ml./Kg./min., compensan ese déficit con una eficiencia mayor de lo normal. Y viceversa: los que andan sobrados de VO2max pueden permitirse el lujo de ser algo derrochones de energía.

Precisamente lo que distingue a los ganadores del Tour es que sus motores tienen a la vez una alta cilindrada y una gran eficiencia. Una combinación inusual. En un estudio publicado en una prestigiosa revista científica, Padilla y colaboradores recogen unos excepcionales valores de VO2max y eficiencia en Miguel Indurain: 6.400 ml./min. (o casi 80 ml./Kg./min. para sus 81 Kg. de peso) y 26%, respectivamente. El caso de Lance Armstrong es similar. Uno de los mejores fisiólogos del ejercicio de los Estados Unidos que trabaja en la Universidad de Tejas, Ed. Coyle, evaluó periódicamente a su paisano Armstrong desde sus inicios como profesional hasta el año en que ganó su primer Tour, 1999. Los resultados de sus investigaciones los presentó hace un mes en un congreso internacional: el VO2max de Armstrong se ha mantenido muy elevado a lo largo de los años, entre 80 y 85 mL./Kg./min., y su eficiencia ha aumentado hasta en un 8% (en sus inicios su eficiencia apenas sobrepasaba el 21%).

Alejandro Lucía es profesor de la Universidad Europea de Madrid.

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