"El presupuesto europeo hay que usarlo como una zanahoria"
André Sapir (Bélgica, 1950) fue ayer el gran protagonista en Bruselas. Profesor en la Universidad Libre de Bruselas (ULB), Sapir presentó el revolucionario informe de los expertos sobre cómo debe distribuirse en el futuro el presupuesto comunitario. Ex presidente del Instituto de Estudios Europeos, ha publicado varios libros y ahora quiere editar uno más con este documento, ya bautizado como informe Sapir, que ha levantado ampollas en toda Europa.
Pregunta. ¿Cómo surgió la iniciativa de elaborar el informe?
Respuesta. El presidente decidió contar con un grupo independiente. "Necesito", nos dijo, "una reflexión fresca, desinhibida: vosotros sois un grupo independiente y quiero que trabajéis con ambición intelectual, sin límites; luego utilizaré vuestro informe, pero no os voy a dar ninguna directriz". Los integrantes fueron elegidos entre gente de muy alto nivel. Yo soy profesor a la Universidad y funcionario temporal a la Comisión, pero todos saben que siempre expreso mi opinión de forma honrada e independiente. Estoy aquí desde 1990. Mi contrato termina dentro de un año y volveré a la Universidad.
"No hay una adecuación entre objetivos y presupuesto. Es lo que nos choca"
"El informe puede que no guste, pero es coherente. No será fácil tirarlo a la basura"
P. El informe aborda de lleno el principal problema actual de Europa: qué hacer para que la economía crezca.
P. Puedo equivocarme, no soy un hombre político, pero creo que el informe no estará de moda sólo una semana. Va a permanecer porque abordamos ese problema crucial de Europa y porque hemos presentado un plan coherente. Puede que no guste, pero es coherente. Siete economistas y un politólogo de origen diverso (un polaco, un alemán, un francés, un italiano, un belga, una británica, un español..) , hemos puesto sobre la mesa una serie de ideas coherentes. No será fácil tirarlas a la basura.
P. Varios comisarios lo han criticado duramente.
R. Unos opinan de una forma y otros de otra. Es ahora la Comisión la que debe gestionar el informe con independencia de las declaraciones que haga uno u otro. Lo importante es que no se ignoren esas ideas porque son demasiado serias.
P. Ustedes proponen una radical reorientación del presupuesto europeo del que se deriva una renacionalización de las ayudas agrícolas y regionales. España, por ejemplo, perdería esos fondos.
R. El cuadro incluido sobre un nuevo reparto del presupuesto comunitario es una ilustración más que una propuesta y no queremos entrar en las consecuencias para cada país. Pero, con las estadísticas de 2001, España, Portugal y Grecia podrían seguir recibiendo fondos de Convergencia en los próximos años. No puedo prever qué pasará en la década próxima. Y tampoco puedo predecir qué dinero recibiría España de los fondos de Crecimiento y Reestructuración.
P. Se trata de una redistribución del mismo dinero.
R. Exactamente, pero ya insistimos en que se trata de un nuevo reparto en el caso de que el dinero sea el mismo.
P. Y el dinero actual no es que sea escaso, que seguramente también, sino que el reparto es malo.
R. El término correcto es "reparto inadecuado". No hay una adecuación entre los objetivos y el presupuesto. Es lo que nos choca. Se habla de una cosa pero, cuando se mira el presupuesto, no tiene nada que ver. Cuando el Gobierno español va a su Parlamento y presenta sus objetivos políticos, después dice: "y aquí está el presupuesto para realizarlo". Aquí yo no veo eso.
P. Si el principal problema de Europa es su escaso crecimiento, ¿no es extraño que hasta ahora nadie hubiera propuesto ese fondo especial dedicado precisamente al crecimiento?
R. A nosotros nos ha parecido evidente. Si los jefes de Estado decidieron en 2000 la llamada agenda de Lisboa
[pleno empleo y convertir la economía europea en la más competitiva del mundo], nosotros preguntamos: si ése es el objetivo, ¿dónde está el capítulo presupuestario dedicado a ello? Está claro que el mayor esfuerzo hay que hacerlo a nivel nacional, pero el presupuesto comunitario hay que emplearlo también como una zanahoria. No se puede abordar los objetivos de Lisboa y luego hacer un presupuesto sin ninguna relación con ellos.
P. De su informe podría deducirse que la PAC y los fondos regionales aportan poco al crecimiento y por eso se reducen al mínimo.
R. Por cada 100 euros que manejan los Estados y la Comisión, ésta sólo controla 2,5. La cuestión es cómo debemos utilizarlos para atender los dos grandes objetivos de Europa: el crecimiento y la ampliación. Eso es todo. Nuestras conclusiones están ahí: intentamos poner al día las prioridades conjugando recursos y objetivos.
P. ¿Es que nadie se había dado cuenta hasta ahora de esa lógica?
R. Todo ha cambiado. En 1986 la situación era la siguiente: España y Portugal habían entrado en la Comunidad y acababa de lanzarse el mercado interior, al que luego se sumó la estabilidad monetaria y la cohesión. Nosotros queremos ahora que sigan funcionando los tres bloques, pero con un cuarto, el del crecimiento. Porque tenemos el coche, pero hace falta que vaya más rápido.
P. Algunos opinan que el documento recoge viejas tesis franco-alemanas.
R. Documento franco-alemán, documento español... No comprendo estos planteamientos. Parece que estamos hablando otra lengua. No lo entiendo. Soy belga, mi padre es polaco, mi madre es rusa, mi mujer es india, y he vivido varios años en Estados Unidos. ¿Y se trata de un documento franco-alemán? No entiendo el comentario.
P. El comisario Michel Barnier [Política Regional] cree que las ideas del informe son irrealizables.
R. La Comisión presentará su propio informe sobre las futuras Perspectivas Financieras a fin de año. Nosotros hemos dejado un testamento sobre la mesa y la próxima Comisión lo usará como quiera porque será la próxima la que negocie esas perspectivas en 2005 y 2006. Pero nuestro documento estará en el debate con esas ideas nuevas que serán aceptadas o no. Pero serán discutidas.
P. Una de las ideas originales que proponen es crear una autoridad independiente europea para la política de competencia. ¿Por qué?
R. Es el mismo razonamiento que para el presupuesto. No es que propongamos directamente que disminuyan los fondos de la PAC, sino que, al tener que dedicar dinero al crecimiento, tiene que haber recortes en agricultura. Es una consecuencia. En Competencia, mantenemos que allí donde haya una misión clara y específica, debe haber un organismo concreto que se haga cargo de la misma. El caso más extremo es el Banco Central Europeo (BCE). Recibió una misión definida, la estabilidad monetaria, y se creó el banco como una especie de agencia independiente. Si la Comisión Europea debe desempeñar un papel político, es mejor no mezclar las cosas.
P. ¿Por eso proponen crear una Agencia de Ciencia e Investigación independiente?
R. Sí, exactamente. Son dos ejemplos claros.
P. También proponen una aplicación más flexible del Pacto de Estabilidad.
R. No estoy de acuerdo en esos términos. Decimos que el Pacto debe ser más efectivo y flexible. Las dos cosas. Es un paquete. Una vez más, apostamos por la política del palo y la zanahoria.
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