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El Ayuntamiento de Barcelona, salvo el PP, pide un nuevo Estatut

Fernández Díaz impone un tono duro en el pleno municipal

Blanca Cia

Nuevo mandato, nuevo estilo. Y más duro. El plenario del Ayuntamiento de Barcelona, el primero tras las elecciones, pidió ayer un nuevo estatuto de autonomía que posibilite más autogobierno. La proposición fue votada por todos los partidos salvo el PP. Su presidente, Alberto Fernández Díaz, también se opuso a otros acuerdos con un discurso duro, no exento de descalificaciones. El alcalde acabó pidiendo calma.

La oposición de guante blanco que ejerció el Partido Popular en el mandato anterior, con la presidencia de Santiago Fisas primero y Emilio Álvarez después, ha sido sustituida por el estilo bronco de Alberto Fernández Díaz, sobre todo para con las filas republicanas del consistorio barcelonés, hasta el punto de llamar "pirómano" de la Constitución a Jordi Portabella, presidente de ERC y segundo teniente de alcalde.

Portabella fue el que defendió la postura del equipo de gobierno para pedir un nuevo estatuto de autonomía, una proposición también apoyada por CiU. "Algo de esa importancia merecería ser defendido por el alcalde de Barcelona y no que haga de bombero del Estatut el que es un pirómano de la Constitución", espetó Fernández Díaz en referencia a Portabella antes de dejar clara su oposición. "Lo que hace falta es gestionar mejor", añadió. Mientras, tanto el PSC como ERC, ICV y CiU mantuvieron que las normas tienen que adaptarse a la realidad social para dar mejor respuesta a las necesidades, "y sin hacer psicodramas".

El PP volvió a quedarse al margen -se abstuvo- en el debate sobre la "urgencia" de la tramitación de la Carta Municipal por el Gobierno central. Y también se desmarcó de la decisión del resto de las fuerzas de crear una comisión para debatir y consensuar una propuesta definitiva sobre los símbolos de la ciudad, ya que el Tribunal Superior ha anulado los aprobados en 1996 por unanimidad del consistorio. Pero en ese debate el fuego cruzado más intenso fue entre Portabella y Xavier Trias, presidente del grupo de CiU que ayer se estrenó en el Saló de la Reina Regent. Y lo hizo levantándose, una práctica no habitual en el consistorio.

Trias mostró su oposición a la actual bandera y al escudo de la ciudad. "Yo no estaba de acuerdo con el partido sobre cómo se llevaba el asunto", le replicó al concejal de Cultura, Ferran Mascarell, cuando le recordó las palabras de "satisfacción" de Miquel Roca, entonces jefe de filas de CiU. Portabella le recriminó a Trias su falta de coherencia por defender ahora la revisión de los símbolos: "Le recordaré que cuando ERC presentó una enmienda en la tramitación de la Carta Municipal en el Parlament que planteaba precisamente revisar los símbolos de Barcelona le pedimos su apoyo [Trias era entonces consejero de Presidencia] y no lo tuvimos".

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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