Bauman asegura que los líderes políticos no tienen solución para los retos de la globalización

José Luis Rodríguez Zapatero acudió ayer al debate sobre los retos de la izquierda, que codirige en El Escorial con Fernando Vallespín, para expresar su deuda ideológica con

el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, de 77 años, autoridad mundial sobre la globalización. Bauman expuso ante el líder del PSOE su propuesta desgarrada: "La modernidad es una fábrica de residuos humanos", que emanan de "la industria del orden y del progreso económico" que cuanto más avanza, introduce a más personas en la categoría de "seres indeseables".

El autor de Las consecuencias sociales de la globalización defendió que el capitalismo ha alcanzado su límite y afirmó que los Gobiernos, encabezados por Estados Unidos, ya se han resignado y aparecen superguetos urbanos donde se hacinan personas abocadas a la delincuencia para sobrevivir. Y frente a ello la única salida que proponen es el endurecimiento de la política penal frente a la rehabilitación. Para Bauman, "los líderes políticos sólo tienen soluciones locales frente a los problemas globales de un capitalismo sin control". Y delegó la respuesta en los líderes políticos jóvenes.

Zapatero trató de aventurar alguna respuesta. Coincidió con Bauman en que el capitalismo tiene una enorme capacidad para generar monopolios sin control. Pero precisó que históricamente ha encontrado un contrapunto en la clase obrera organizada. Y ante el reto actual de la globalización, defendió como respuesta el "gran potencial que contiene el movimiento antiglobalización". Preguntó a Bauman si no creía que la respuesta para avanzar hacia ese gobierno y parlamento mundial que controle el capitalismo sin fronteras estaba en la alianza entre la izquierda y el movimiento antiglobalización.

Bauman mostró sus reservas sobre los movimientos monotemáticos como los antiglobalizadores. Y puso como ejemplo lo sucedido en las elecciones del 25-M, tras las grandes movilizaciones contra la guerra de Irak, que no se tradujeron en un castigo a un Gobierno que había apoyado el conflicto.

Diálogo PSOE-PNV

En otra mesa redonda se suscitó un vivo debate sobre las posibilidades de diálogo entre el PSOE y el nacionalismo vasco con la propuesta del plan soberanista del lehendakari Ibarretxe, por un lado, y la estrategia de enfrentamiento del PP contra el PNV, por otro. El dirigente del PNV, Daniel Innerarity, planteó la apertura de vías de diálogo entre el nacionalismo vasco y el socialismo.

El periodista de EL PAÍS Javier Pradera le replicó que no era posible, con el plan Ibarretxe vigente, que el PSOE acepte un diálogo que le llevaría a la derrota ya que el PP ha hecho de la confrontación con el nacionalismo una estrategia para mantenerse en el poder.

Innerarity respondió que existe una "deformación del discurso del contrario" por el poder central y que una mayoría de los vascos, en la que también participa una parte del electorado del PNV, es partidaria de una "respuesta integradora" a los problemas de Euskadi.

El historiador Santos Juliá aseveró que "Ibarretxe ha cerrado cualquier vía de entendimiento y de diálogo al excluir a la mitad de la población vasca en su proyecto de futuro".