Abu Mazen y Arafat hacen las paces tras una semana de crisis

Yasir Arafat y Abu Mazen dan por cerrada la crisis surgida hace una semana en el seno de la cúpula de la Autoridad Palestina, que llevó al primer ministro a presentar su dimisión, no aceptada, como miembro de la dirección del partido Al Fatah y a amenazar con renunciar como jefe de Gobierno, a raíz de una oleada de críticas por las concesiones que estaba efectuando a los israelíes.

La reconciliación entre Abu Mazen y el presidente Yasir Arafat fue alcanzada gracias a las presiones internacionales, coordinadas desde El Cairo por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, quien logró sentar el lunes por la noche a los dos líderes cara a cara para que zanjaran sus diferencias. Se ha puesto así fin a la crisis más grave que se produce en la dirección palestina en los últimos 10 años.

En un esfuerzo por impedir que se reproduzcan estas situaciones de tensión, el presidente y el jefe de Gobierno palestinos han acordado establecer una serie de mecanismos y organismos administrativos colectivos que aseguran además el control de Arafat por encima de Abu Mazen en dos temas claves: la seguridad y las negociaciones con los israelíes.

La primera plataforma bautizada con el nombre de Comité de Seguridad estará encargada de controlar los temas policiales y estará compuesta por Yasir Arafat, Abu Mazen y el ministro de Seguridad Interior, el coronel Mohamed Dahlan, así como por varios funcionarios y jefes de los cuerpos de la policía. La segunda plataforma tendrá el nombre de Comité Supremo de Negociaciones y contará con el mismo Arafat, Abu Mazen y el ministro de Economía, Salam Fayad, aunque el presidente se reserva el derecho de veto.

La dirección palestina ha puesto también en pie un comité de arbitraje para resolver las interpretaciones de las leyes básicas y establecer las competencias de cada uno de los miembros de la cúpula dirigente. Este órgano estará constituido por el presidente del Parlamento, Abu Alá, el ministro Saeb Erekat, el director del diario Ayyam, Akram Haniye, y el alcalde de Nablús, Ghassan al Shaka.

Por otra parte, en la madrugada de ayer, un supuesto militante de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, vinculada a Al Fatah, asesino a cuchilladas a un ciudadano israelí e hirió a otros tres viandantes en el paseo marítimo de Tel Aviv.