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Reportaje:

Una cena indigesta para CiU

El encuentro de Pasqual Maragall con 500 empresarios "no impresiona", pero cosecha críticas de la cúpula nacionalista

Francesc Valls

La cena de Pasqual Maragall con más de 500 empresarios el pasado lunes fue relativamente ligera, exceptuando un consistente filete de ternera con múrgoles y foie mi-cuit. Pero la digestión, como corresponde a época prelectoral, causa acidez de estómago, sobre todo en la cúpula de Convergència i Unió (CiU). Ayer, el encuentro de Maragall fue objeto de críticas, aunque no tan aceradas como las de 1999. En cuatro años, desde CiU parece que se ha dejado de considerar al empresariado como un coto privado. Por eso, esta vez las críticas van de rebote. Los nacionalistas apuntaron a la banda para que llegara la ansiada carambola. Jordi Pujol fue el más madrugador. En una entrevista a la emisora Ona Catalana, el presidente de la Generalitat recordó a Maragall: "Los empresarios no son agradecidos porque van a buscar lo que necesitan y luego no se acuerdan más". Desde México, Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida se mostraron "no impresionados" por el hecho de que medio millar de empresarios pagaran 600 euros por compartir mesa y mantel con el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat.

Ambos dirigentes consideraron "muy normal" que los empresarios quisieran escuchar las propuestas de Maragall. El conseller en cap -ayer en versión candidato- agitó, sin embargo, el viejo fantasma de la izquierda y aseguró que "ponen los pelos de punta las combinaciones que barajan los socialistas" porque "con un Gobierno de matriz PSC con Esquerra Republicana, Cataluña se para".

Maragall respondió a las críticas desde Tarragona, y lo hizo pasando al ataque: "Los empresarios están hartos de ir haciendo contribuciones", aseguró y se mostró -al contrario que Mas y Duran- "impresionado por el diálogo abierto entre el mundo de la empresa y el PSC; Pujol debe de pensar que están enfermos... pero no es así".

Pero ¿qué piensan quienes pagaron 600 euros? Pues los consultados por este diario -no necesariamente comulgantes con el catecismo social-liberal del líder del PSC- consideran que el candidato ha pasado el examen.

Esta vez los socialistas prepararon la cena a conciencia, y las llamadas a los empresarios se intensificaron más que en 1999. La reedición anteayer de aquel encuentro de hace cuatro años se ha producido con una complejidad específica. Maragall ha debido superar tres dificultades: la crisis de la Asamblea de Madrid, algunas encuestas en las que Mas recorta distancias y vencer reticencias de algunos empresarios a aparecer en las fotos.

La presencia de Josep Lluís Vilaseca, Carles Sumarroca, incluso de amigos personales de Artur Mas como Rafael Español y Francesc Boada, muestra que entre el empresariado barcelonés ilustrado puede ser que no guste Maragall, pero cuando menos no se teme un cambio al frente de la Generalitat. "La mayoría lo encontramos solvente", asegura un empresario asistente. Otro afirma que quienes asistieron ese año eran "menos entregados que los de 1999". Pero está claro que cuanto más se abarca más se diluye la pasión. "En el fondo, muchos de nosotros desearíamos un Gobierno CiU-PSC", afirma otro asistente, "básicamente para mantener la estabilidad y huir de lo desconocido".

"El Estatuto nos importa poco, lo que más nos interesa es ver cómo trenzará Maragall su programa económico, que parece solvente", dice otro. A juicio de algunos asistentes, la parte menos interesante del discurso del líder socialista fue la relativa a la ordenación territorial, a la reforma de la ley electoral, entre otras cosas. Pueden aburrirse, pero los empresarios consultados no temen a los socialistas. "Cosa que sí sucede con los medianos y pequeños empresarios", afirman los asistentes.

Maragall mantendrá en los próximos días encuentros parecidos al de Barcelona en las comarcas de Tarragona, Lleida y Girona con la finalidad de recaudar fondos, limar asperezas y que el empresariado catalán pierda el miedo a un cambio, que él presenta tranquilo, liderado por el PSC.

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