Agresión injustificada

Quiero agradecer a EL PAÍS de la Comunidad Valenciana, la información sobre el juicio que se celebró el 24 de junio y la matización del 26 en estas páginas sobre la agresión que sufrí, el año pasado, en la Universidad de Verano de la Punta. Cualquier persona que estaba en La Punta -o vió en la televisión el vídeo de la agresión- oyó mis advertencias a los policías de que llevaba marcapasos para que cesaran en su brutalidad. En cambio en el juicio, -los cuatro policías que participaron en mi detención- negaron haber escuchado mis advertencias bien audibles ni los gritos de la gente de La Punta durante la paliza para que se contuvieran en el uso de una fuerza completamente desproporcionada, ya que estaban poniendo en peligro mi vida. En mi opinión, los tribunales de justicia tendrían que averiguar si estos policías están totalmente sordos y pueden poner en peligro la vida de otras personas en el ejercicio de su responsabilidad profesional o han mentido a sabiendas para justificar a posteriori una agresión injustificada. En el segundo caso, deberían tener una sanción adecuada como funcionarios al servicio de una sociedad democrática respetuosa con los derechos humanos.