¿Hipotecas fijas?
El entorno de continuas bajadas de tipos de interés que deparó el proceso de convergencia europea, junto a la decidida apuesta que tanto entidades como administración realizaron por el endeudameinto a tipo variable, relegaron los préstamos hipotecarios a tipo fijo a una práctica marginalidad dentro del mercado hipotecario español.
No obstante, el reducido recorrido de los tipos de interés a la baja, el renovado impulso comercial de los dos principales bancos de nuestro país y la demostrada preocupación del gobierno por el impacto de eventuales alzas en los tipos de interés, han devuelto a la escena las hipotecas a tipo fijo, un producto que en muchos países de nuestro entorno disfruta de un elevado protagonismo.
La elección de un préstamo fijo o variable sería más sencilla si hubiera elementos que permitieran comparar ambos productos
Contratar un préstamo hipotecario a tipo de interés fijo supone asumir que a lo largo de la vida del mismo, en media, el tipo de interés al que se referenciaría un préstamo a tipo variable -por ejemplo, euribor a un año- y su diferencial se mantendrán por encima de dicho tipo fijo o que, manteniéndose por debajo, la tranquilidad que supone esta alternativa de financiación compensará la diferencia.
En cualquier caso, la elección de un préstamo a tipo fijo en detrimento de otro a tipo variable resultaría mucho más sencilla si dispusiéramos de elementos que permitieran comparar ambos productos.
Los mercados financieros cuentan con los swaps de tipos de interés, instrumentos que equiparan tipos de interés fijos y variables a diferentes plazos. De este modo, la cotización de dichos swaps representa el tipo al que el mercado considera indiferente endeudarse a tipo fijo o a tipo variable. Es decir, si el swap correspondiente a un préstamo a 20 años cotiza al 4%, el mercado nos está diciendo que da igual endeudarse a euribor que a ese 4%. En definitiva, el mercado proporciona una estimación de lo que, en media, será el euribor durante la vida media del préstamo. Así pues y ahora que ya lo sabe, ¿por qué no utilizar este dato antes de tomar una decisión de endeudamiento?
Francisco J. Valero y Miguel Á. Martín-Albo son de Analistas Financieros Internacionales
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