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Carole Bouquet, de 'chica Bond' a perfecta comedianta

La actriz protagoniza 'Besen a quien quieran', la última película de Michel Blanc

Carole Bouquet comenzó como modelo y hoy es embajadora de Unicef; debutó en la gran pantalla haciendo de vampiresa que hace perder la cabeza a los hombres en una de las múltiples aventuras de James Bond, y ahora compagina sus papeles trágicos en el teatro -la Fedra de Racine- con una marcada preferencia por las comedias, como la que se estrena hoy en España, Besen a quien quieran (Embrassez qui vous voudrez).

"El guión de Michel Blanc está basado en una novela del británico J. Connolly Vacaciones inglesas. Él la ha convertido en una comedia, pero en una comedia especial, casi negra, en la que se ríe mucho, pero que es muy crítica", dice la actriz. Es la segunda vez que trabaja a las órdenes de Blanc, con quien ya fue la protagonista de Grosse fatigue (1994). "Pero aquí la historia es mucho más coral. Charlotte Rampling, Jacques Dutronc, el propio Blanc, Karin Viard, Denys Podalydes, Clotilde Coreau, Vincent Elbaz o Lou Douillon tienen tanto papel como yo. Es una obra realmente coral, un continuo entrecruzarse de parejas".

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En el filme, Blanc es un esposo locamente celoso. "Confunde la posesión con el amor. En mi opinión, los celos son un puro problema de egocentrismo que te lleva a creer que el interés que sientes por alguien te autoriza a violentar a ese alguien", asegura la actriz, al tiempo que precisa que "no hace falta ser una sufragista para saber que las mujeres siguen siendo las principales víctimas de la violencia conyugal, aunque a veces son ellos quienes sufren nuestras maldades. En cualquier caso, hace un par de siglos aún se discutía si las mujeres teníamos alma, y no ha sido hasta después de la II Guerra Mundial que hemos tenido derecho a voto. Es más, muchas legislaciones exculpaban hasta hace bien poco el crimen pasional".

Según Blanc, el motor de su película "son unos personajes extremadamente interesantes y mi deseo de hablar de la pareja poniendo a la mujer por delante. Las mujeres son más interesantes que los hombres, no aceptan la mediocridad tan fácilmente como nosotros". A Carole Bouquet lo que le atraía desde antes de la lectura del guión era "volver a trabajar con Michel, que es ideal como director de actores porque te da confianza y sólo te pide que actúes, que le muestres todo lo que hay dentro de ti y del personaje. Rueda a menudo un plano-secuencia, un master, en el que tienes toda la libertad de mundo, en el que tú misma creas tu espacio. Luego te pide una serie de insertos, de planos cortos, para asegurarse de que puede controlar el ritmo, acelerarlo o frenarlo, según le convenga. En los planos en que estamos todos los actores resulta complicado organizar el movimiento, que es como una coreografía, pero cuando sólo intervenimos dos o tres es muy agradable".

Bouquet tiene un mal recuerdo de sus andanzas como chica Bond: "Simplemente, el rodaje es muy aburrido. El filme es un puzzle y tú una pequeña pieza del mismo. En las películas de acción te pasas el rato esperando, ruedas planos cortísimos en los que se exige mucho de tu presencia, pero todo se limita a eso, al físico, a saber estar". La preferencia por el plano-secuencia no es lo que le ha acercado al teatro. "Creo que soy muy regular y capaz de repetir tantas veces como haga falta un mismo gesto, pero sé que mis mejores tomas son las primeras. El teatro te permite disfrutar de esa sensación cuando la función no tiene que hacerse durante demasiadas semanas. No soy capaz de tener ganas cada día de hacer lo mismo que el día anterior, y de hacerlo a la misma hora. Por eso, cuando acepto subir al escenario, siempre pongo como condición un número máximo de representaciones".

En la película, Carole Bouquet coincide con Lou Doillon, hija en la vida real de Jacques Doillon y Jane Birkin y en la ficción del matrimonio encarnado por Jacques Dutronc y Charlotte Rampling. Lou está muy contenta de su intervención porque "es la primera vez en que no soy una chica que sufre, sino la que hace sufrir. Y lo hace a conciencia, de manera egoísta, como mala persona consciente de serlo. Michel me propuso el papel y me invitó a que decidiera cómo quería que la chica se vistiera, cómo tenía que reaccionar ante cada una de las situaciones. Él tendía a hacer el personaje más amable y yo lo he llevado hacia el terreno de lo que popularmente se conoce como una mala puta. La verdad es que me lo he pasado muy bien, aunque el primer día de rodaje fue un poco difícil para mí: tenía que simular que hacía el amor con Sami Bouajila en una bañera. ¡Llegué cuando los demás ya llevaban un mes de complicidad y de pronto tuve que ponerme en pelotas ante 40 desconocidos!". Para Lou Doillon, Michel Blanc "ha querido ofrecernos cuatro rostros distintos del amor, cuatro tipos de parejas. Ninguna de ellas es feliz, pero el conjunto creo que sí lo resulta".

Carole Bouquet.
Carole Bouquet.RICARDO GUTIÉRREZ

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