El Gobierno francés emprende la reforma y los artistas se dividen
El ministro de Cultura francés, Jean-Jacques Aillagon, dijo ayer que su colega de Asuntos Sociales iba a "dar el visto bueno al acuerdo del 27 de junio", es decir, el firmado por la patronal y tres sindicatos minoritarios dentro del sector del espectáculo, que reforma el sistema de protección social. Mientras tanto, siguen las suspensiones de festivales y a la cancelación de los primeros montajes de Aviñón se sumó ayer la de La Rochelle, aunque Aix-en-Provence ha reanudado su actividad durante tres días.
En La Rochelle se anuló el festival (las Francofollies) de músicos franceses, que debía empezar mañana, mientras que en Aix-en-Provence se ponían en marcha, con cinco días de retraso, los tres escenarios del festival de ópera. En Aviñón, la conferencia de prensa prevista para ayer al mediodía quedaba aplazada hasta hoy ante la imposibilidad de encontrar una posición unitaria en el seno del consejo de administración. El director, Bernard Faivre d'Arcier, topaba con los intereses de la región y el municipio, dispuestos a todo para que se levante el telón. Si el festival in u oficial seguía parado, el off o comercial era cada vez más favorable a interrumpir la huelga. "Hemos consultado a las casi 600 compañías que se han inscrito en el off, y del centenar que han enviado su respuesta, casi un 75% es partidario de ofrecer los espectáculos", explicaban en la dirección del certamen paralelo. Ayer, varios teatros ofrecieron ya sus primeras funciones, como el del Rouge Gorge, cuyo responsable se declaraba "a favor de la libertad, de que cada cual haga lo que considere adecuado sin interferir en la decisión del vecino". Si en Aviñón el festival oficial permanecía parado por decisión asamblearia -350 favorables a la huelga, 207 en contra, 54 abstenciones-, nadie podía prever la evolución del ánimo de los trabajadores. Según un portavoz de la organización, "la situación cambia minuto a minuto. Es imposible predecir qué pasará".
En Aix-en-Provence, los trabajadores votaron "reemprender el trabajo durante tres días. Luego volveremos a reunirnos y ya veremos". Los temporales recurren, pues, a la huelga intermitente para mantener la presión y dar tiempo a que se afiancen y se hagan oír las voces críticas, como la de la responsable del Partido Socialista para cuestiones culturales, Anne Hidalgo, para quien "la gestión del tema ha sido una calamidad".
En otro orden de cosas, en París, el rodaje de una comedia de Nancy Meyers con Jack Nicholson como protagonista tuvo que ser acortado al interrumpir 650 trabajadores temporales la filmación. La estrella, que dijo "no comprender el alcance del movimiento", se declaró, sin embargo, "solidaria con el mismo".
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