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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Imputado, al Senado

El ex ministro Jaume Matas, nuevo presidente del Gobierno del PP en la comunidad balear, ha puesto una vez más en entredicho los principios de regeneración democrática de los que hace gala su partido al patrocinar la elección como senador, en representación de la autonomía balear, de un imputado en el caso Formentera por una supuesta compra de votos y malversación de caudales públicos. En su nuevo Gobierno, definido por Matas como "equilibrado de experiencia y frescura", figuran un condenado por delito electoral, ya rehabilitado penalmente, como consejero de Medio Ambiente, y otro imputado en el caso Formentera,

mo responsable de la Consejería de Comercio.

Los responsables del PP no dudan en escudarse en el PSOE, del que señalan casos de imputados que ocupan cargos públicos, para justificar su descarada promoción a puestos de responsabilidad política de militantes o dirigentes suyos con problemas con la justicia. ¿No defendía el PP -en épocas de extrema beligerancia contra sus adversarios políticos- que en casos de corrupción la responsabilidad política es previa a la condena judicial e incluso a la imputación o al procesamiento, y que frente a este tipo de responsabilidad no hay presunción de inocencia que valga? Toda esta depurada y estricta construcción doctrinal sobre la conexión entre responsabilidad política e implicación penal queda en pura filfa con actuaciones como la del PP balear, con Jaume Matas al frente, de convertir a imputados en casos de corrupción política en miembos de un Gobierno autónomo o del Senado.

El nuevo senador, Carlos Gutiérrez González, posee en común con el otro imputado en el nuevo Ejecutivo balear que ambos tienen esa condición procesal por su relación con el caso Formentera, en el que el propio Matas estuvo implicado y al que el Supremo ha dejado fuera "por ahora". Y aunque el nuevo senador autonómico ha desempeñado altos cargos en anteriores gobiernos del PP en Baleares, no es diputado ni ha figurado en las candidaturas de este partido a los últimos comicios, lo cual hace más chocante su designación para el Senado. Salvo que el secreto esté en quitar el caso Fomentera de las manos del Tribunal Superior de Justicia de Baleares alegando la condición de aforado del nuevo senador y reenviarlo al Supremo, donde un solícito fiscal del Estado salga al cruce como hizo en el propio caso Formentera respecto de Matas o en el caso Ercros con Piqué.

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