Muerte en Guinea Ecuatorial
El reciente asesinato de una joven cooperante española en Guinea Ecuatorial y la pusilánime reacción por parte del Gobierno español ante el mismo dejan clara, una vez más, la escasa voluntad de las autoridades españolas de que mejore la desoladora situación de los derechos humanos en la que fuera colonia española. Por mucho que la relevancia del suceso se haya querido minimizar por parte tanto de las autoridades guineanas como del Gobierno español calificándolo de "hecho aislado", no lo es. Por mucho que no se quiera reconocer su dimensión "política", la tiene. Éste no ha sido un acto aislado en la forma de actuar de las autoridades militares y políticas en Guinea Ecuatorial, sino una consecuencia más de la actual tiranía que gobierna el país. Sin ir más lejos, el superior del soldado que disparó contra el autobús donde iba la cooperante tiene un largo historial de torturas y asesinatos que no le impidieron quedar en libertad a los dos meses de haber sido condenado, gracias a un indulto por parte del presidente Obiang. No es éste el único torturador conocido y que cuenta con el beneplácito de las autoridades guineanas. En la cárcel de Black Beach, donde se encuentran injustamente encarcelados desde hace más de un año cerca de 60 presos políticos, se han dado abundantes casos de torturas y muertes, como se refleja en los informes de Amnistía Internacional y del Departamento de Estado de EE UU sobre el país. Entre estos presos se encuentra el secretario general del principal partido de la oposición, Convergencia Para la Democracia Social (CPDS).
A pesar de las violaciones sistemáticas de derechos humanos por parte del régimen de Obiang, el Gobierno español acaba de firmar un acuerdo con el Gobierno guineano para fomentar las inversiones económicas en este país y ha condonado parte de la deuda exterior que Guinea Ecuatorial tenía con España, en un contexto nada propicio para ello. Curiosamente, estos acuerdos se han celebrado pese a que las peticiones de indulto para los presos políticos expresadas a Obiang por la ministra de Asuntos Exteriores desde el año pasado no han tenido una respuesta positiva.
¿Tendrán algo que ver en esta relegación de los derechos humanos los yacimientos de petróleo en suelo guineano? ¿Es este Gobierno español el mismo aliado de la coalición que va a liberar a los oprimidos del mundo de sus bárbaros opresores? ¿A qué suena todo esto? Nosotros no nos resignamos.
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