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Tribuna:La ayuda a los refugiados | DEBATE
Tribuna
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Un enfoque más equilibrado

El asilo se ha convertido recientemente en un tema candente a nivel político en algunos países de Europa por dos razones. Primero, existen algunas preocupaciones legítimas en relación a la gestión del sistema de asilo, al papel que juegan los traficantes de personas y hacia aquellas personas que abusan del sistema, presentándose falsamente como solicitantes de asilo. Todos estos factores se retroalimentan.

En segundo lugar, hay otro grupo manipulador, entre los que se encuentran algunos políticos, grupos de presión y editores de periódicos, que están distorsionando el tema de forma deliberada. Me horrorizan las exageraciones, las manipulaciones estadísticas y el alarmismo que están proliferando últimamente. Es un camino peligroso a seguir por la sociedad. Como antiguo primer ministro, conozco las dificultades para diseñar una política con visión de futuro cuando está sacudiendo una tormenta política incitada por distorsiones y exageraciones.

Éste es uno de los retos políticos más urgentes a los que tiene que hacer frente Europa hoy

Para mejorar el sistema de asilo a nivel mundial, el ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados que lidero, propone un enfoque con tres vertientes. Una de ellas se dirige a las regiones de origen de los refugiados; la segunda está orientada al avance gradual de la Unión Europea (UE) hacia un espacio único de asilo en Europa, y la tercera se centra en perfilar la legislación a nivel nacional de asilo en los distintos Estados.

No se trata de un menú de opciones, sino de una inter-relación entre estos tres objetivos. Es importante darse cuenta de que las acciones unilaterales emprendidas por un solo Estado, o incluso por un pequeño club de Estados, no darán fruto a menos que sean aceptadas por los demás países del mundo, especialmente por aquellos países en vías de desarrollo que acogen a un gran número de población refugiada, en ocasiones durante décadas. Estos países deberán estar convencidos de que los países más ricos se están comprometiendo seriamente a compartir el peso económico, social y político que acarrean los grandes movimientos de refugiados. Si sienten que los Estados ricos sólo están interesados en traspasarles la responsabilidad, entonces no cooperarán.

El gasto que actualmente se realiza para asistencia a los refugiados en sus regiones de origen es lamentablemente inadecuado, por lo que no cabe sorprenderse de que los refugiados -los auténticos refugiados- pierdan la esperanza y emprendan su camino hacia Europa. Los países donde han sido acogidos originalmente, sin un apoyo económico suficiente, no van a animarlos a que se queden, y por otro lado, tampoco les van a dar la bienvenida en caso de que retornen simplemente porque Europa tampoco los quiere.

De modo que, bajo lo que denominamos "vertiente regional", el ACNUR propone a los países donantes un esfuerzo coherente y de mayor alcance para apoyar a los refugiados en los países iniciales de acogida y para buscar soluciones bien sea ayudándoles volver a casa, su reasentamiento en un tercer país o ayudándoles a comenzar una nueva vida en su región de origen. Esto incluiría iniciativas de desarrollo que beneficiarían tanto a los refugiados para que vivan económicamente independientes, como a los países de acogida, mejorando con ello el entorno general para los refugiados y reduciendo las presiones que les empujan a trasladarse a otros lugares. Por eso, cada euro que se gaste en soluciones para los refugiados en las regiones de origen, tendría un doble valor. Es vergonzoso que esto no esté ocurriendo ya y es malgastar el dinero.

La vertiente regional incluiría acuerdos especiales que se adaptarían a grupos específicos de refugiados, iniciativa a la que llamo Convención Plus, ya que se construye sobre la base de la Convención de 1951 sobre el estatuto de los refugiados y la complementa. Hay precedentes sobre esta iniciativa, como el programa especial para los náufragos vietnamitas (conocidos como Boat people), un fenómeno que comenzó siendo un movimiento de refugiados y que se convirtió en un fenómeno en gran parte económico. Este programa no sólo ayudó a frenar la emigración económica incontrolada, sino que también llevó a encontrar soluciones para la práctica totalidad de los vietnamitas, tanto si eran refugiados como inmigrantes económicos. Verdaderamente hay posibilidades para desarrollar más iniciativas creativas de este tipo.

Bajo la "vertiente de la UE", el ACNUR propone lo siguiente: apartar los grupos que abusan claramente del sistema, concretamente solicitantes de asilo procedentes de países de los que, en realidad, raramente producen refugiados. Automáticamente, estos solicitantes de asilo serían derivados a uno o varios centros de tramitación en algún lugar de la UE, donde sus alegaciones serían examinadas con celeridad por equipos conjuntos de la UE. Aquellos que resulten no tener ninguna alegación de asilo serían devueltos directamente a sus países de origen. El número limitado de refugiados reconocidos entre ellos se repartiría entre los Estados de la UE. Esto requeriría un margen de tiempo estricto para llevar a cabo el proceso completo. Con la debida antelación, la Unión Europea tendría que alcanzar acuerdos de readmisión con los países de origen de los solicitantes de asilo con el fin de que estas personas no queden retenidas durante meses o años, simplemente porque no pueden ser deportadas.

Considero esencial que estas iniciativas se realicen dentro de las fronteras de la UE, de modo que los centros quedarán sujetos a los parámetros legales UE. Esto es importante no sólo para proteger los derechos de las personas cuyos casos se están valorando, sino también para los Estados, porque se reducirían los obstáculos legales que pudieran surgir si dichos centros estuvieran situados fuera de la UE. Entonces, la acusación de que se está transfiriendo la responsabilidad no se plantearía.

Si se ponen en marcha estas vertientes a nivel regional y de la UE de manera eficaz, veremos rápidamente los resultados beneficiosos en los sistemas nacionales de asilo de cada uno de los Estados de la UE. No obstante, al mismo tiempo se debería continuar trabajando enérgicamente por hacer más efectivos los sistemas nacionales; más rápidos, más justos y más eficientes.

Me alegra saber que estas propuestas han tenido eco en una reciente Comunicación publicada por la Comisión Europea a petición de los Estados Miembros y el diálogo ha continuado en la reciente Cumbre Europea en Tesalónica. No deberíamos desaprovechar esta oportunidad para poner en marcha un enfoque más equilibrado y equitativo que garantice la protección a los refugiados, promueva soluciones y restablezca la confianza en los sistemas de asilo. Éste es uno de los retos políticos más urgentes a los que tiene que hacer frente Europa hoy.

Ruud Lubbers es Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

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