_
_
_
_
_

Decomisadas 3.354 dosis de nandrolona al entrenador de un gimnasio

F. Javier Barroso

El entrenador de un gimnasio de Madrid, José Luis C. G., de 25 años, ha sido detenido por agentes de la Policía Judicial acusado de importar y vender a sus alumnos dosis de nandrolona, un potente esteroide anabolizante utilizado por los deportistas para incrementar su potencia muscular y aumentar su capacidad de recuperación tras una competición o entrenamiento. Su consumo sin prescripción facultativa tiene gravísimos efectos secundarios que pueden llegar hasta la muerte. El arrestado tenía en su poder 3.354 ampollas procedentes de Grecia, que vendía a 30 euros por unidad, según informó la Jefatura Superior de Policía.

Los agentes del grupo XIV de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) comenzaron sus investigaciones el pasado 25 de junio, ya que tenían información de que este tipo de sustancias prohibidas era vendida en gimnasios. Siguieron de cerca a José Luis C. G., que acababa de recibir diversos paquetes facturados desde Grecia, con un contenido que hizo pasar por libros. Tras conseguir el mandamiento judicial, comprobaron que en su interior estaban las 3.354 ampollas de decadurabolin concentrado, un potente producto de nandrolona inyectable. Tenía previsto un segundo envío bajo la apariencia de juguetes.

Concentración séxtuple

Los agentes le detuvieron acusado de un delito contra la salud pública, ya que la venta de este producto es competencia exclusiva de las autoridades sanitarias, según asesoró a los investigadores miembros de la Agencia Española del Medicamento, organismo dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo. Según comprobó la policía, el decadurabolin tenía una concentración superior a seis veces las dosis habituales recetadas por un facultativo, con el consiguiente riesgo para los consumidores. Según la policía, los gimnasios investigados emplean dosis que oscilan entre 100 y 300 miligramos por semana, frente a los 25 recetados por un médico.

La nandrolona se utiliza en medicina para disminuir la pérdida de masa muscular durante enfermedades debilitantes, como el sida; tratamientos prolongados con quimioterapia, cortisona o radioterapia, y en algunos casos de anemia y osteoporosis.

El consumo en los deportistas se debe a que este anabolizante estimula el apetito y la fabricación de proteínas con el consiguiente desarrollo muscular. Además, favorece la calcificación de los huesos y genera mayor vigor y sensación de bienestar. Sin embargo, los efectos secundarios son extremadamente peligrosos y pueden llegar a la muerte. En los hombres, inhibe la producción de espermatozoides, puede ocasionar impotencia, infertilidad y calvicie prematura, acné, cáncer de páncreas o hígado, además de agresividad, irritabilidad, ansiedad o depresión. En las mujeres puede causar la desaparición de los senos, aumento del tamaño del clítoris y trastornos menstruales. Las consecuencias en ambos sexos es el aumento de la presión arterial, del colesterol y de la retención de líquidos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_