Alemania declarará estado de "desequilibrio económico" para aprobar los presupuestos
El Gobierno reconoce que el déficit público puede superar otra vez el 3% del PIB en 2004
El Gobierno alemán reconoce que este año no cumplirá con la exigencia del Plan de Estabilidad al no poder mantener el déficit por debajo del 3% del producto interior bruto (PIB), y añade: "El año 2004 amenaza también con que se produzca por tercera vez consecutiva un claro incumplimiento del criterio de déficit de Maastricht, si no se actúa en contra". El ministro federal de Hacienda, Hans Eichel, presentó ayer el proyecto de presupuesto para 2004, que podría incumplir la Constitución al destinar a inversiones menos que al endeudamiento. Para evitarlo, alegará "desequilibrio económico".
El proyecto de presupuesto con el plan de reducción de impuestos que trata de llevar adelante el Gobierno supondría un incumplimiento del mandato constitucional, que establece que el endeudamiento no puede superar las inversiones, salvo "alteración del equilibrio global de la economía". Prevé el proyecto de presupuesto para 2004 un gasto de 251.200 millones de euros y un endeudamiento de 30.800 millones, con 24.800 millones de euros destinados a inversiones.
El Ministerio de Hacienda atribuye al "estancamiento de la economía y el fuerte aumento del paro las considerables cargas añadidas para todos los presupuestos públicos". Alemania reconoce que este año el déficit es probable que ronde el 3,5% del PIB, y se corre el riesgo de un nuevo incumplimiento el 2004. El año pasado Alemania ya no cumplió con el límite del déficit, que alcanzó el 3,6%.
La aplicación del presupuesto para 2003 obliga a admitir, como en el año pasado, "un claro incremento del nuevo endeudamiento para que no empeore la difícil situación económica". Esto obligará a aprobar un presupuesto complementario en otoño y a incumplir con la exigencia constitucional del artículo 115 de la Constitución alemana, que establece que las inversiones superen el adeudamiento.
El Gobierno considera que está justificado el incumplimiento porque "el paro excesivo y el bajo crecimiento altera el equilibrio económico". En caso de alteración del equilibrio económico la Constitución permite que las deudas superen a las inversiones. Confía el Gobierno en que la entrada en vigor de los planes de recortes sociales previstos en la Agenda 2010 contribuya a restablecer el equilibrio en la economía alemana.
Para 2004 el proyecto de presupuesto también incumple la Constitución, pero el Gobierno considera que se justifica por la aplicación de la reforma fiscal, que supone un fuerte impulso a la economía con la inyección derivada de los mayores salarios netos que percibirán los alemanes, si las rebajas anunciadas superan todas las barreras legislativas.
Rebaja fiscal
El adelanto a enero del año próximo de la reforma del impuesto sobre la renta supone una bajada del tipo máximo del 48 al 42% y el mínimo del 19 al 15%. El Gobierno estima que los contribuyentes se ahorrarán con la reforma 15.600 millones de euros, y se confía en que lo gasten para dar un poco de marcha a la renqueante coyuntura económica. Según el Ministerio de Hacienda "esto fortalece las inversiones y el consumo, y es una clara señal para más crecimiento y empleo".
El tema crítico de la reforma fiscal que propone el Gobierno es la cobertura de la caída de ingresos. Una y otra vez el Gobierno repite la letanía de que ese hueco se tapa con "supresión de subvenciones, ingresos por nuevas privatizaciones y créditos complementarios". Políticos de la oposición democristiana no acaban de ver claro el apoyo al Gobierno en los planes de rebaja de impuestos. Un peso pesado de la democracia cristiana (CDU), el subjefe del grupo parlamentario Friedrich Merz, se ha pronunciado de forma abierta contra la decisión de la dirección del partido de apoyar la reforma fiscal del Gobierno.
Según Merz, la CDU/CSU debe establecer como prioridad las reformas estructurales del mercado de trabajo y de los sistemas de seguridad social y dejarse de "rebajas de impuestos financiadas de forma poco seria".
En la reunión del grupo parlamentario democristiano se formularon duras críticas a la dirección por el cambio de rumbo en el tema de la reforma fiscal. La jefa de la CDU, Angela Merkel, y el jefe de sus hermanos bávaros de la CSU, el primer ministro de Baviera Edmund Stoiber, pasaron en 24 horas del rechazo a la cooperación con el Gobierno ante el cariz que tomaban las cosas y el apoyo de la opinión pública a la rebaja de impuestos.
Merkel criticó a sus mandos y declaró que ante los planes del Gobierno procede "reaccionar con calma y relajados, mantener la línea de actuación y no salir corriendo como un puñado de gallinas asustadas".
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