Greenpeace, La Punta y el puerto
A la vez que destruye la huerta de La Punta, el puerto de Valencia descarga maderas procedentes de talas ilegales de bosques protegidos. Y en lugar de comprobar la procedencia de la mercancía, no se les ocurre nada mejor que detener y multar a los denunciantes, miembros de Greenpeace, del mismo modo que apalean, detienen y denuncian a los labradores de La Punta, que se niegan a ceder sus barracas, alquerías y tierras protegidas para evitar que las expropien, las recalifiquen y construyan en su lugar hoteles, centros comerciales y salas de espectáculos. No se puede ser más insensible ni más torpe.
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