Congo puede ser el primer caso de la CPI

Heredera del Tribunal de Núremberg y facultada para perseguir a los responsables de delitos de guerra, genocidio y crímenes contra la humanidad, la Corte Penal Internacional podría tener en el punto de mira de sus primeras actuaciones el conflicto en la República Democrática de Congo, según fuentes diplomáticas acreditadas en La Haya. La guerra civil no declarada en Colombia o la violencia en Irak serían otros dos conflictos suceptibles de ser juzgados.

Ayer se cumplió un año de la entrada en vigor oficial de la Corte Penal Internacional (y no Tribunal Penal Internacional). Su puesta en marcha se produjo con arreglo a lo establecido por el Estatuto de Roma de 17 de julio de 1998, que rige su funcionamiento y jurisdicción. Pero su puesta de largo se ha visto lastrada por la ausencia de EE UU, opuesto a una instancia que pueda procesar a sus tropas cuando actúen fuera de su territorio. Aunque Rusia, China, Israel, India y Pakistán tampoco han ratificado los estatutos, sí lo han hecho otros 90 países, entre ellos España.

Los 18 jueces de la CPI están listos para ponerse a trabajar bajo las órdenes de su fiscal general, el argentino Luis Moreno Ocampo, que apenas lleva dos semanas en el cargo. "Entre otoño y finales de año la Corte estará plenamente operativa", declaró ayer Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, embajador de España en misión especial ante la Corte Penal, con sede en La Haya.

Concebida como un acto de esperanza para las víctimas de crímenes y como un momento histórico en que el poder político se pone en manos del judicial, a diferencia de los Tribunales Penales Internacionales para Ruanda y la Antigua Yugoslavia, creados por resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la jurisdicción de la CPI no esta cronológica o geográficamente limitada. La CPI es complementaria a los sistemas de justicia nacionales, actuando sólo cuando los Estados no tengan la voluntad de investigar o juzgar ciertos crímenes.