Carod se compromete a reservar el 20% de la obra pública para las pequeñas y medianas empresas
El candidato de Esquerra Republicana (ERC) a la presidencia de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, ahondó ayer, ante un nutrido grupo de empresarios del ramo de la construcción, en sus críticas al supuesto "clientelismo" y "amiguismo" que influye en la adjudicación de obras públicas y se comprometió, "para evitar que siempre ganen los mismos", a reservar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) el 20% de estas actuaciones, en el caso que el partido que dirige forme parte del Gobierno catalán tras las elecciones autonómicas.
Con la vista puesta en estos comicios, Carod emplazó a los constructores a participar en una "fase de renacimiento colectivo" de Cataluña, tras 23 años de pujolismo, que el líder republicano identificó con el "juego limpio". En este sentido, Carod aseguró que ERC "sólo" participará en el futuro Gobierno catalán si éste establece como objetivo primordial la "transparencia absoluta" en las relaciones entre la Administración pública y la empresa privada. Ello implica, dijo, poner fin al "impuesto revolucionario partidista" que "religiosamente" pagan algunos empresarios para salir beneficiarios de los concursos en los que se adjudican obras públicas.
Consciente del malestar que entre los constructores catalanes ha provocado la trama inmobiliaria que ha salpicado la presidencia de la Asamblea de Madrid, Carod quiso desvincularse de las generalizaciones que atacan a todo el sector, aunque no se abstuvo de pedir a los constructores que sean "valientes" y no contribuyan a la "especulación política".
Carod se mostró sensible a algunas propuestas formuladas por el presidente del Gremio de Constructores de Obras de Barcelona y Comarcas, Joan Santaularia, que criticó con dureza la indiferencia del actual Ejecutivo catalán a su petición de crear un registro de empresas del sector de la construcción que certifique la cualificación y profesionalidad de estas compañías frente a la proliferación de empresas prestamistas que, en lugar de ofrecer sus servicios, ceden sus trabajadores de forma ilegal a otras firmas.
El líder republicano acogió con buenos ojos esta y otras demandas de los constructores, en la línea de simplificar los trámites administrativos que se requieren para ejecutar una obra y también para potenciar la formación de los trabajadores de este sector, que desde hace tiempo viene denunciando la baja cualificación de la mano de obra que, en buena parte, se alimenta de la inmigración. Para ponerle remedio, Carod propuso adecuar la formación profesional a las necesidades del ramo.
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