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Cataluña tiene a 104.500 niños viviendo en la pobreza

Las comarcas del Ebro tienen más proporción de hogares desfavorecidos

Algo va mal. En Cataluña, 104.500 niños viven en la pobreza. Un 10,4% de los menores de 16 años se ven afectados por la pobreza infantil en toda la comunidad, y en nueve comarcas, el peso de los niños pobres sobre el total de niños de la zona oscila entre un 12% y un 15%. Según el informe La pobresa a Catalunya, de la Fundación Un Sol Món, de Caixa Catalunya, la cifra es "extremadamente relevante debido a sus consecuencias".

Terra Alta, Ribera d'Ebre, Baix Camp, Baix Penedès, Pallars Jussà, Pallars Sobirà, Alt Urgell y Solsonès son las comarcas donde se concentran más niños pobres en relación con todos los niños que viven en ellas (ver mapa). "El problema es serio, porque, en general, las familias de estos niños tienen unos ingresos todavía más bajos que la media de los hogares pobres", explica el catedrático de Economía Aplicada Josep Oliver, que ha dirigido el estudio.

Se da la circunstancia de que hay más niños pobres en hogares en los que el cabeza de familia afronta solo el cuidado de los menores, sobre todo si se trata de hogares envejecidos en los que el sustentador tiene una edad elevada y también cuando es una mujer sola la que dirige el hogar. En los casos en los que el cabeza de familia tiene pareja y existe pobreza infantil, ésta suele darse más cuando el número de miembros es elevado.

El umbral de pobreza que ha considerado este trabajo, que es incluso más restrictivo que el que se utiliza en la Unión Europea para garantizar la fiabilidad de los datos, se sitúa en los 390,65 euros (las antiguas 65.000 pesetas, al valor de 1996). Según el criterio europeo, el número de pobres sería aún más elevado. De acuerdo con este criterio, en Cataluña malvive un total de 715.847 personas (un 11,8% de la población, en un 15,2% de los hogares de la comunidad). Este dato, que el Observatorio de la Pobreza de la Fundació Un Sol Món de Caixa Cataluya difundió ya el año pasado, se completa ahora con un análisis sobre cómo se distribuye la pobreza en todo el territorio catalán.

El mapa de la pobreza arroja algunas sorpresas. "En términos absolutos, la pobreza en Cataluña es un fenómeno metropolitano de Barcelona -área que pesa un 70% en el total de hogares pobres como derivada de la distribución demográfica de la población en la comunidad, según la cual el área metropolitana aglutina también un 70% de la población- y, en mucha menor medida, en las áreas próximas a Tarragona, Lleida y Girona", señala el informe.

Sin embargo, en términos relativos, cuando se comparan los hogares que viven en la pobreza con el total de hogares de cada eje territorial y de sus correspondientes comarcas, asoman problemas nuevos. "La pobreza está escondida", señala Oliver. Las comarcas del Ebro y las comarcas de montaña son los ejes que salen peor parados. En concreto, pese a que las comarcas del Ebro concentran sólo un 3,3% de los hogares pobres de Cataluña, en términos relativos un 20,1% de sus hogares son pobres.Las tres comarcas donde la pobreza tiene una mayor incidencia son Ribera d'Ebre (con un 22,4% de hogares pobres), Priorat (20,8%) y Montsià (20,1%), a las que les siguen Pallars Jussà, Terra Alta y Alt Urgell. La Val d'Aran (12,3%) y Osona (11,7%) son las que registran menores niveles. La pobreza extrema, que se refiere a las familias que intentan salir adelante con 240 euros al mes, azota especialmente a Priorat, Ribera d'Ebre, Montsià y Alt Urgell, con umbrales por encima del 8% de sus hogares.

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La distribución territorial de la pobreza demuestra que ésta no siempre tiene el mismo rostro ni las personas afectadas por el problema se enfrentan a las mismas posibilidades de reinserción.

En el área metropolitana y las comarcas del Camp de Tarragona, donde se acumulan las grandes bolsas de pobreza, ésta se puede radiografiar como industrializada, joven y marcada por el paro. Según el informe, estas áreas son más sensibles a la aplicación de plan de reinserción laboral.

Por el contrario, las comarcas del Ebro y las de montaña tienden a presentar estructuras demográficas más envejecidas, como consecuencia de importantes expulsiones de población que los ámbitos más rurales han ido registrando desde la década de 1950. Y son precisamente los hogares presididos por personas de mayor edad e inactivas los que sufren una pobreza más difícil de erradicar.

A mayor edad, mayor pobreza. Si el 15,2% de los hogares catalanes vive en ella, el porcentaje se eleva a un 48,4% cuando quien los sustenta ha cumplido más de 74 años (y al 19% cuando el cabeza de familia tiene entre 65 y 74 años). Y es que tener un empleo es determinante, obviamente, para contar con ingresos estables. Sólo un 0,6% de los hogares pobres están sustentados por un cabeza de familia que trabaje, gane lo que gane.

En este mapa, las mujeres solas de la tercera edad asumen un importante protagonismo. De las 319.000 familias pobres que se cuentan en Cataluña, 162.000 tienen a una mujer al frente que, en un 93% de los casos, no tiene pareja. Son las protagonistas silenciosas de situaciones ligadas a la inactividad y a la marginación, por contraste con los hogares con hombres, normalmente en paro, propios de las zonas industrializadas. "Es una pobreza feminizada, vieja, rural, inactiva y al margen del mundo laboral", subraya el informe.

De los hogares que viven en la pobreza, en un 18,9% de los casos no se han cursado ningún tipo de estudios o sólo estudios primarios.

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