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Crítica:CRÍTICAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sin vértebras

Pocos aquí desconocen, aunque sea de pasada, el penoso, largo y dramático caso de la condena a muerte -y su estancia durante varios años en el corredor de la muerte de la cárcel de Starke, Florida, y la posterior revisión de su proceso, que le devolvió la libertad- del español Joaquín José Martínez. Ahora, en este filme dirigido por Mercedes Segovia y con guión de la propia Segovia y de Julia Montejo, pueden engrosar su memoria quienes quieran información sobre aquel tortuoso suceso, hoy ya convertido en un capítulo, de mucha importancia y resonancia en España, de la lucha de la gente libre contra el bárbaro abismo de la pena de muerte, vigente en EE UU.

Pero una cosa es obtener información gruesa y otra crear conocimiento. El filme proporciona con abundancia aquélla, pero no da nada de éste, ya que la construcción del filme carece de vertebración analítica y formalmente la película es muy endeble y no llega a ser un verdadero documento, sino una serie de documentos parciales añadidos. Son aglomeraciones de imágenes de noticiero sobre un mismo caso, que no logran unificarse y que siguen -con hilvanes, sin verdadero entramado interior, orgánico- la sucesión de los sucesos, y nos dejan sin entrar en las zonas subterráneas de éstos.

EL ESTADO DE FLORIDA CONTRA J. J. MARTÍNEZ

Dirección: Mercedes Segovia. Guión: Julia Montejo y M. Segovia. Género: documental. España, 2003. Duración: 102 minutos.

No logra este filme desorganizado y herido por la impericia desvelar el signo de la tortura que el sistema judicial estadounidense aplica al hombre que (acusado de asesinato) intentó asesinar legalmente; ni tampoco traslada a la mirada del espectador capacidad iluminadora de la caverna moral y política donde tiene lugar este frío y feroz crimen ritual legal. Muestra el filme abundantes anécdotas, muchas opiniones, varias sesiones judiciales, pero el conjunto de este agolpamiento en la pantalla carece de precisión, es disperso y adjetivo, no toca la sustancia del horror en que hurga.

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