La inmigración causa una crisis en la coalición de Berlusconi

La Liga Norte, el aliado más problemático de la coalición que lidera el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, provocó ayer un áspero incidente en la Cámara de Diputados durante la intervención del ministro del Interior, Giuseppe Pisanu. Cuando Pisanu, en la filas de Forza Italia, detallaba datos y cifras sobre la reciente oleada masiva de inmigrantes, el portavoz del grupo liguista, Alessandro Cè, le invitó a "cambiar de trabajo" ante el "fracaso" en la gestión de este problema. Pisanu, furioso, abandonó el aula cuando el representante de la Liga inició su intervención. La crisis de Gobierno es poco previsible, pero el semestre de presidencia italiana de la UE, que comenzará el próximo martes, no se inicia bajo los mejores auspicios de concordia en el Ejecutivo.

El líder de la Liga, Umberto Bossi, aclaró a la agencia italiana Ansa que su partido no ha pedido "la dimisión de Pisanu", objeto de las iras de los ex separatistas. El ministro, que recientemente ha defendido la política italiana de inmigración subrayando que no puede usarse la fuerza militar contra los clandestinos, ha logrado la solidaridad del propio presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, y de la Iglesia. Pese a la aparente moderación de Bossi, los exabruptos de Cè indignaron a los sectores moderados de la coalición de Gobierno. El líder centrista Marco Follini reclamó la intervención de Berlusconi, "para hacer entrar a la Liga en la lógica de la coalición y en un registro de seriedad".

Se trata del último y más llamativo incidente protagonizado por la Liga Norte desde el desastre electoral sufrido en las elecciones municipales de principio de mes por la coalición de centro-derecha. La pérdida de la provincia de Roma, hasta ahora en manos de Alianza Nacional, y la derrota de la Liga en la región de Friuli (noreste), han provocado un fuerte enfrentamiento interno en la Casa de las Libertades. Pero si el líder de AN, Gianfranco Fini, se limitó a pedir una revisión de las políticas y una reestructuración del Gobierno, Bossi llegó a amenazar con abandonar el Ejecutivo si no se acometían de inmediato reformas, una de ellas referida a la aplicación de la ley de inmigración Bossi-Fini, que no convence a la Liga.