La creciente importancia del 'social software'
TRÁTESE DE ENCONTRAR CLIENTES, amigos potenciales, socios o parejas, Internet juega un papel creciente en las relaciones humanas y da lugar a lo que se llama ahora social software, programas de socialización. Todo lo abarcado por esta nueva denominación no es radicalmente nuevo, pero el fenómeno es lo suficientemente importante como para comentarlo.
Las concepciones abundan y son temas de discusiones acaloradas como cualquiera lo puede ver en BlackBeltJones (www.blackbeltjones.com/work/mt/archives/000472.html) . A la primera definición propuesta - Social software= programas que son mejores porque hay gente allí" - alguién agregó esta segunda aproximación: "El social software se adapta a su entorno en vez de pedirle al entorno que se adapte al programa". Dicho de manera más sencilla un comentador afirma que el "social software faculta la comunicación entre humanos".
La admisión se hace por invitación. Uno ve la lista de relaciones del resto; pero para comunicarse con ella, tiene que pasar por el contacto común.
La primera novedad de social software se debe a que las empresas tienen interés en programas concebidos para facilitar la colaboración en red.
Para Clay Shirky, el conocido analista de las redes, el "social software trata a los grupos como un objeto de primera clase en el sistema", lo cual explica diciendo que "la esencia del social software es que se cruza un umbral al pasar de dos a tres". Reduce el grupo a su forma más simple para mejor subrayar su importancia en la materia.
La comunicación de grupo estaba presente al inicio de Internet con los famosos newsgroups de Usenet, en red desde 1979. Figura en el correo electrónico (cuando uno manda el mismo mensaje en copia a varias personas y que cada una puede contestar a todas las demás), los chats (cuando no se limitan a la discusión entre dos individuos) y los bitácoras (si son abiertos a los comentarios y si ofrecen enlaces a otros cuadrenos de bitácora).
La primera novedad introducida por el concepto de social software se debe a que las empresas tienen marcado interés en programas especialmente concebidos para facilitar una verdadera colaboración en red. La tecnología ya no sirve solamente para intercambiar trabajos que cada uno realiza por su lado (para esto bastan el correo electrónico), sino que permite la colaboración en tiempo real. Varias personas pueden trabajar juntas sobre un mismo documento independientemente de donde se encuentren. Los dos programas más conocidos son Groove (
www.groove.net) y SocialText (www.socialtext.com).
La segunda característica es la generalización del uso de Internet para contactar a desconocidos y al cambio de escala que conlleva. Una vez más, la adopción de la tecnología por el mundo de los negocios juega un papel decisivo. Creada por el fundador de PayPal, LinkedIn (
www.linkedin.com) ayuda a los "profesionales a encontrarse y conectarse de manera más efectiva".
La admisión se hace exclusivamente por invitación de un miembro. Cada uno puede ver la lista de las relaciones que sus amigos conocen. Para comunicarse con ella, sin embargo, tiene que pasar por el contacto común, lo cual fortalece la confianza y limita las intervenciones no solicitadas. Entre los nuevos sitios que permiten el establecimiento de relaciones personales vale la pena destacar a Friendster.com (hay que ser invitado y los miembros buscan tanto amistad como posibles relaciones sexuales o afectivas). Trepia.com y MeetUp.com favorecen los encuentros en el mundo real entre personas geográficamente próximas. No se pueden ignorar además los juegos en línea en los cuales los participantes actúan por medio de avatares (imagen virtual de sí mismo).
[En España se ha instalado con sistio propio es.match.com pensado para encontrar tu pareja].La moda del social software confirma el papel creciente de la tecnología en las relaciones humanas, una especialidad muy estadounidense. Pero el fenómeno va mucho más allá: fortalece la posición de los actores independientes en la vida económica al permitirles sacar provecho de las redes a las cuales tienen acceso.
La noción de comunidad virtual está evolucionando también. Marcada al principio por la posibilidad de escoger y una cierta insensibilidad a la distancia física, se vuelve más abierta y más fluida. La unidad y la pertenencia cuentan menos que la extensión y la diversidad de la red a la cual uno puede acceder.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.