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La Guardia Urbana de Barcelona denuncia una media de 5,5 motos diarias por conducción temeraria

La Guardia Urbana de Barcelona ha impuesto en los cinco primeros meses de este año un total de 834 multas a conductores de motocicletas por conducción temeraria. Una infracción que incluye la conducción en zigzag entre los coches y también hacer el caballito (levantar la rueda delantera y circular exclusivamente sobre la trasera). La media diaria es de 5,5 multas, no llega a seis.

Tras una sentencia de la Audiencia de Barcelona en la que se recuerda que este tipo de conducción está prohibida, el Ayuntamiento piensa incrementar la vigilancia contra estas conductas. La Audiencia recordaba que el comportamiento de algunos motoristas es antirreglamentario y afirmaba algo que puede comprobar cualquier ciudadano: "Es una realidad que en la conducción urbana las motocicletas, habitualmente, circulan por el espacio que media entre carriles habilitados para el tráfico viario y entre éstos y la acera", un comportamiento que vulnera el código de circulación, pese a que cuenta con cierta permisividad de la Guardia Urbana y del conjunto de la ciudadanía.

La prueba es que aunque se trata de un modo de conducir más que frecuente, el número de denuncias impuestas es de menos de seis diarias en los cinco primeros meses de este año. El año pasado, la permisividad fue aún mayor. La Guardia Urbana de Barcelona impuso 1.725 multas por esta causa (4,6 de media diaria). En todos los casos, el motivo de la denuncia es la "conducción temeraria", según fuentes municipales. Esto significa que se denuncia el modo de conducción en zigzag, pero también otros comportamientos más espectaculares y peligrosos como el caballito, muy utilizado por algunos conductores jóvenes y poco experimentados para demostrar, precisamente, que dominan la moto.

Sensibilización de agentes

Un portavoz del área de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona aseguró que se tomaba nota de la sentencia de la Audiencia y que se procuraría sensibilizar a los guardias y también a los usuarios de las motos para que cumplan la normativa. La sentencia recuerda que se trata de un modo de conducir que comporta riesgos para el conjunto de implicados en el tráfico. De hecho, el motivo del litigio que originó la sentencia era el choque de un motorista contra un coche cuya puerta estaba siendo abierta.

El motorista aducía comportamiento imprudente de la otra parte, mientras que el propietario del coche reclamaba que el motorista había realizado una maniobra inadecuada al no guardar las distancias.

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En Barcelona hay alrededor de 350.000 motocicletas, una parte de las cuales circula diariamente por las calles de la ciudad. Este es el colectivo con mayor índice de siniestralidad, el más afectado por los accidentes de tráfico.

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