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Reportaje:AIRE LIBRE

La verde roca de las aves

Dos rutas en torno a la reserva biológica de Sierra Grande de Hornachos, en Badajoz

A caballo entre los abiertos parajes pacenses de Tierra de Barros y La Serena se aúpa, entre los campos del pueblo de Hornachos, una escarpada isla de perfiles verticales. Nombrada como Sierra Grande de Hornachos, hace honor a su topónimo por rozar casi los mil metros entre canchales y pedreras. Seis mil hectáreas de agreste bosque mediterráneo se agazapan en las laderas y crestas, que forman un ecosistema-ínsula donde se concentra una de las mayores variedades de aves rapaces y rupícolas de Extremadura. Buitres leonados, alimoches y águilas imperial, real, culebrera, perdicera y calzada, junto con halcones peregrinos, búhos reales e incluso cigüeñas negras, forman parte de los inquilinos habituales de los escarpes más inaccesibles. En este sector de cumbres se ubica la reserva biológica de Sierra Grande, gestionada desde hace casi dos décadas por la Asociación para la Defensa de la Naturaleza Extremeña (Adenex).

Entre la maraña de caminos y veredas que se internan o bordean estos montes existen dos itinerarios bien definidos que muestran lo mejor de su paisaje.

Los recorridos

El primero es la subida al mirador de la Magrera y al pico Hornachos (943 metros). Si estas montañas meridionales se definen como la mejor atalaya de la Baja Extremadura, la idea más acertada consiste en subir a lo más alto para otear sus horizontes. A sólo un par de kilómetros del pueblo de Hornachos, tras salir por la carretera de Puebla de la Reina, se sitúa a la izquierda la ermita de San Isidro mientras por la derecha parte una pista forestal con dirección a la Trassierra. Este camino acerca en poco más de 1.500 metros a la entrada de la senda del mirador de la Magrera. Una barrera para que no suban coches y un cartel indicador advierten que se está en el lugar elegido. El trecho hasta el mirador es corto, pero la súbita inclinación exige tomárselo con calma. Un pequeño cercado de palos con algunas mesas define el mirador de la Magrera con las vistas puestas al suroeste. Si se continúa la senda por el interior de la reserva, en poco tiempo se alcanza la cima del pico Hornachos y la mejor imagen aérea de toda la comarca.

La segunda ruta, el camino de la Umbría, circunvala el macizo serrano por el pie del monte siguiendo la línea de la umbría de norte a sur. Si se continúa la pista forestal de la Trassierra, a poco más de un kilómetro de la entrada hacia el mirador se encuentra un desvío señalizado con postes, justo enfrente de la entrada a las fincas de Manzorro y Las Ánimas, éste es el inicio del camino. El carril transcurre entre el monte asilvestrado y los campos domados. El cortijo del Recobero, el arroyo de los Pilones, el valle Gitano, la calleja de los Pinos, la umbría de Doña Josefa y el Cardón son algunas de las fincas por donde transcurre la ruta, con la mirada siempre puesta en la Sierra Grande. La observación en vuelo de las rapaces es uno de los mayores atractivos, al igual que la visión en las zonas adehesadas de otras especies como currucas, collalbas, roqueros, alcaudones, rabilargos y abubillas, que se suman a la lista de más de 200 especies de vertebrados que conviven en estos predios.

GUÍA PRÁCTICA

Dormir

- Sierra de Mampar (924 12 40 20). Carretera de Hornachos- Puebla de la Reina, km 6,5. Cortijo. La doble, de 48 a 60 euros.

- Los Nogales (924 77 40 05). San Pedro, 3. Retamal de Llerena. La habitación doble, 26 euros.

Información:

- Oficina de turismo de Hornachos (924 53 35 33).

- Adenex (924 38 71 89) ofrece visitas guiadas por la zona.

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