Bomberos especializados rescatan a los dos 'solidarios' encerrados en Itoiz
Equipos del Consorcio de Bomberos de Navarra rescataron en la tarde de ayer, después de trabajar durante todo el día, a los dos miembros del colectivo Solidarios con Itoiz que se habían encerrado voluntariamente en una cámara subterránea sellada construida bajo el último caserío sin demoler del pueblo de Itoiz, la casa Bernatena. Los dos jóvenes, de los que no se ofrecieron más datos, fueron detenidos por la Policía Foral y puestos a disposición judicial en Aoiz.
Los miembros de este grupo, más de treinta de los cuales han sido detenidos por la Guardia Civil y Policía Foral desde el pasado lunes y puestos luego en libertad, han conseguido paralizar durante dos días las obras de demolición del pueblo que da nombre al pantano. Los trabajos de derribo son previos al llenado del embalse, previsto para 2004.
Además de encadenarse a los muros de varias casas del pueblo, los solidarios, ninguno de los cuales es vecino de la localidad, habían construido una especie de búnker subterráneo sin entradas ni salidas, en cuyo interior los dos jóvenes estaban encerrados desde el pasado lunes. Al haberse además anclado a la estructura de hormigón, los solidarios no podían abandonar el recinto voluntariamente.
Los agentes policiales ampliaron ayer el perímetro de seguridad establecido alrededor de Itoiz y alejaron a los simpatizantes del colectivo y a los periodistas que esperaban la resolución del encierro.
Riesgo
Dos portavoces del movimiento comparecieron a mediodía ante los informadores en un alto de carretera cercano al pueblo e indicaron que habían decidido abandonar el edificio durante la noche a través de una galería para dar a conocer el "riesgo de muerte" que corrían sus dos compañeros si las máquinas excavadoras derribaban los muros del caserío y ante la evidencia de que la demolición iba a ser reanudada. El grupo insistió en que la cámara subterránea estaba rodeada de material inflamable, lo que no fue confirmado oficialmente.
Los solidarios aseguraron que además de los dos encerrados en el búnker, otro de sus compañeros permanecía encadenado y oculto entre los muros derruidos del caserío Jakue sin que la policía se hubiera percatado de su presencia.
Antes de sacarlos del búnker, los bomberos habían realizado un primer orificio de reducidas dimensiones hasta el interior de la cámara, proporcionando a los encerrados mascarillas de aire para permitirles respirar mientras ampliaban el acceso para sacarlos al exterior. Según esta información, facilitada por el Gobierno foral, los dos jóvenes aceptaron la ayuda y no opusieron resistencia. Mientras, las excavadoras enviadas por el Ejecutivo concluyeron ayer el derribo de todas las casas existentes en el cercano pueblo de Orbaiz.
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