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Las personas que viven en los pisos altos sufren más los efectos del polen

Las personas que viven en pisos altos tienen mayor riesgo de padecer alergia al polen que las que habitan en pisos bajos, según un estudio dirigido por Alicia Armentia, del servicio de Alergología del hospital Río Hortega de Valladolid, que compara la sensibilización a distintos tipos de pólenes de gramíneas, árboles y arbustos según la altura en la que se vive.

Los resultados de la investigación, que se publicarán en la revista Allergy, European Journal of Allergy and Clinical Immunology y en el que han participado 17.171 pacientes atendidos en el hospital vallisoletano durante 14 años, revelan que con respecto a las personas que viven en plantas bajas (tres metros), el riesgo de padecer alergia al polen de gramíneas aumenta un 13% en el caso de quienes viven en el primer piso (a unos seis metros de altura), un 15% en los que habitan en el 4º (entre 16 y 20 metros) y un 17% en los que viven en el 8º (unos 30 metros).

Los alérgenos se elevan y descienden como consecuencia de las corrientes de convección
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En cuanto a los datos de sensibilización a pólenes de árboles y arbustos, demuestran que el riesgo a sufrir esta dolencia aumenta de forma similar al de las gramíneas, si bien no se produce de forma lineal y la concentración disminuye en los pisos intermedios. Según la experta, una de las razones que justifican este descenso obedece a que "una gran parte de dichos pólenes caen al suelo y otros suben a las capas más altas".

Los pólenes se encuentran a distintos niveles de la atmósfera y se elevan y descienden como consecuencia de las corrientes de convección. Por la mañana, según se va calentando la atmósfera, el aire se calienta y se eleva junto con los pólenes que quedan encima de la contaminación. Por la tarde, el aire se enfría, desciende y los pólenes caen otra vez. Por tanto, durante el día los pólenes tienen una concentración muy alta en las capas altas de la atmósfera y a última hora de la noche y en la madrugada mayor concentración en las capas bajas.

"La primera sorprendida con los resultados del estudio fui yo. Pensaba que cuanto más cerca del nivel del suelo, mayor riesgo a desarrollar reacciones alérgicas. La realidad es distinta y confirma que a más altura mayor riesgo. Esto podría explicar en parte por qué la alergia al polen es más frecuente en ciudades que en el medio rural. El momento más peligroso para un alérgico que padece polinosis aparece a la caída de la tarde-noche y durante la madrugada hasta las siete u ocho de la mañana, hora en la que mucha gente va a trabajar", advierte Armentia.

Entre el 30% y el 40% de los pacientes alérgicos españoles sufre polinosis. Los pólenes de las gramíneas, tanto silvestres (césped) como cultivados (trigo, centeno, cebada, arroz o maíz), constituyen la primera causa de alergia en España. Los expertos aconsejan a las familias que tengan predisposición genética a sufrir polinosis la conveniencia de vivir en zonas rurales y en pisos bajos. En el caso de vivir en pisos altos, y como medida preventiva, se pueden cerrar las ventanas durante la noche o instalar mallas antipolen. Otras medidas como la colocación de filtros especiales en aparatos de aire acondicionado no han demostrado ser totalmente eficaces, ya que los pólenes se quedan en el depósito de agua, polinizan y el alérgeno se distribuye por todo el ambiente.

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