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GUIÑOS
Columna
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De fotos por Vitoria

Vitoria, buena receptora de exposiciones fotográficas, regala estos días una oferta excepcional. En el Artium se encuentra el trabajo foto-antropológico de Joan Fontcuberta (Barcelona 1955) La isla de los vascos; en la sala de la Vital, las imágenes de 1900-2000. Un siglo de España, y en el Archivo del Territorio Histórico, los premiados del 34º concurso fotográfico San Prudencio. Tres oportunidades para disfrutar de los distintos derroteros por donde viaja la fotografía.

El trabajo de Fontcuberta se centra en una pequeña isla canadiense que los marineros vascos utilizaron en el siglo XV para sus faenas balleneras. Combina fotografías, mapas, grabados, maquetas e incluso el esqueleto de un cetáceo. En este conglomerado de elementos, las fotografías del autor juegan un papel director. A través de ellas se baraja crítica e ironía. Pueden generar estupor y ese parece ser uno de los fines que busca el artista: cuestionar al espectador si lo que está viendo es ficción o realidad.

Extraído del archivo de la agencia Efe, 1900-200. Un siglo de España es un relato de instantáneas que muestran gentes y momentos notables de nuestra historia. En este caso, la fotografía se presenta como referencia insoslayable de la realidad. El primer tercio de siglo se resuelve con imágenes del atentado contra el rey Alfonso XIII el día de su boda, retratos de Pablo Iglesias o Antonio Maura en un mitin y algunas escenas de la guerra de Marruecos. Hijos de Caín es el apartado de la Guerra Civil, continuado con los saludos falangistas, exaltaciones de la familia numerosa, los abrazos de Franco a Eisenhower y el adiós a la penuria con un abuelo y su nieto dando de comer a unas palomas. Luego llega la democracia con sus líderes, Tejero pistola en mano en el Congreso, los Juegos Olímpicos y las protestas antiterroristas. Una exposición para refrescar la memoria, con alto valor didáctico para aclarar aspectos sobre la identidad de un país.

Finalmente, en el Archivo Histórico tenemos una curiosa selección de lo que hoy día se hace en fotografía. Al concurso han llegado numerosas imágenes, pero la decisión del jurado de elegir imágenes inscritas de nuestra época, capaces de "ampliar nuestra experiencia como seres humanos", como indica el prólogo del catálogo, ha consumado una exposición de gran envergadura. Con muy buen criterio se ha primado la reflexión y el análisis, frente a la ñoñería de imágenes artificiales congeladas en una estética estéril, desprovista del mínimo afán de indagar en los resquicios de la existencia del hombre y los problemas que le afectan.

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