_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Libros desde Valencia

Vicente Muñoz Puelles acaba de publicar una novela que fue premio Alfons el Magnanim el pasado otoño. Se titula Las desventuras de un escritor de provincias, y lo he leído en 6 horas cómplices en la orilla del Mediterráneo, en un sábado pacífico y ardiente, ajeno a las traiciones del diputado Tamayo y a los silencios de la misteriosa dama Sáez.

El libro de Muñoz Puelles cuenta la historia de un escritor que vive en Valencia, dedicado exclusivamente a la literatura, y, como es natural, narra muchas carencias y ansiedades, muchos ascetismos y sobresaltos, pero también instantes de esplendor transvalenciano, con algunos viajes, traducciones y premios, para volver de nuevo a la exigente brega profesional, siempre salvada por ese placer sin parangón que consiste en crear personajes y mundos, vidas y países en la alta madrugada, la casa en silencio, el bosque cerca, y la vida cotidiana, contable y comercial -siempre fastidiosa- convertida en una extrañeza, en una lejanía, en poco más que una nada.

Durante muchos años Valencia ha pintado muy poco en la edición española. Pero las cosas están cambiando. Diversas editoriales se han lanzado al difícil ruedo de la literatura y comienzan a dibujar un paisaje de normalidad en una urbe que roza, con su hinterland, el millón y medio de habitantes y que, sólo por eso, debería contar con una vida editorial y literaria muy notables. Una pujanza similar a la que ya existe, por ejemplo, en el ámbito de la música o en el de las artes plásticas.

También hay novedades en el plano público. Después de largos años de miserias presupuestarias, es cierto que desde la Dirección General del Libro y desde otras muchas instituciones se apoya a nuestras editoriales y a nuestros escritores. Políticos y profesionales ya comparten la conveniencia de crear en la Comunidad Valenciana una alternativa editorial al apabullante dominio que ejercen Barcelona o Madrid. Si en otros órdenes, artísticos o económicos, se va decantando la opción valenciana, ¿por qué no, también, en el mundo del libro, que es el mejor instrumento cultural desde hace cosa de 3.000 años?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_