Una amenaza de bomba obliga a desalojar el Ayuntamiento de Sant Feliu
El Ayuntamiento de Sant Feliu de Llobregat recibió ayer una falsa amenaza de bomba, dos días después de haberse producido un cambio de gobierno municipal en el que reinaron la tensión y el enfrentamiento entre la militancia de Iniciativa (ICV) y del Partit dels Socialistes. El pacto que los socialistas, con Juan Antonio Vázquez al frente, cerraron a última hora con Convergència i Unió y Esquerra Republicana y que desbancó al hasta entonces alcalde, el ecosocialista Àngel Merino, fue muy mal digerido entre algunos militantes de ICV.
El sábado, los gritos y los insultos hacia los socialistas y sus nuevos socios fueron constantes en el pleno de constitución del nuevo Ayuntamiento. El consistorio recibió un aviso a las 12.20 de ayer que alertaba de la explosión de un artefacto a la una de la tarde. Inmediatamente, agentes de la Policía Local inspeccionaron las dependencias municipales en busca de un artefacto, poniendo especial atención en el correo y la paquetería.
La policía dio poca credibilidad a la amenaza porque la llamada se hizo desde una cabina a muy pocos metros del Ayuntamiento y no fue reivindicada por ningún grupo. Sin embargo, se trasladó la alerta al comité de empresa, que decidió desalojar el edificio.
Dentro permanecieron el nuevo alcalde y tres concejales socialistas, además de tres funcionarios. "Decidimos quedarnos dentro porque pensamos que no se puede permitir una actitud semejante", explicó más tarde Vázquez, quien añadió que el clima enrarecido que impera desde el sábado se debe a "un sector mínimo que no acepta las reglas democráticas".
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