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La izquierda italiana, dividida ante la consulta sobre el despido

El fantasma de la abstención planeaba ayer sobre el referéndum celebrado en Italia para extender la protección del artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores, que contempla el derecho de readmisión tras un despido improcedente, al total de los trabajadores. Hasta ahora, sólo las empresas con más de 15 trabajadores están obligadas a respetar este artículo que el Gobierno de centro-derecha ha intentado suprimir completamente de la legislación laboral. Para que sea válida la consulta es necesario que vote al menos la mitad más uno de los casi 50 millones de italianos convocados a las urnas.

El intento de cancelación del artículo 18 dio lugar a una de las más enconadas batallas sindicales que se han vivido en Italia en los últimos tiempos. Los partidos que integran la coalición de centro-izquierda, El Olivo, y los tres principales sindicatos, CGIL, CISL y UIL, defendieron con uñas y dientes este derecho laboral, llegando a convocar incluso una huelga general en abril de 2002. Las posteriores negociaciones con el Gobierno escindieron el campo sindical, de forma que sólo el sindicato de izquierdas CGIL, liderado entonces por Sergio Cofferati, se mantuvo imperturbable en la defensa del artículo 18.

Pero, cuando el debate era más encendido, otro ex sindicalista, Fausto Bertinotti, secretario general del Partido de Refundación Comunista, puso de relieve el carácter "elitista" de la discusión, ya que el sacrosanto artículo 18 no protege, en realidad, a un amplio número de trabajadores, los que prestan sus servicios en empresas pequeñas que no superan los 15 empleados. Bertinotti recogió entonces las firmas necesarias para celebrar un referéndum en el que los italianos pudieran pronunciarse sobre la extensión del artículo 18 a todos los trabajadores.

Abstención

El referéndum ha dividido a la izquierda italiana. Mientras los partidos que integran la coalición de centro-derecha que gobierna el país han sido unánimes al proponer la abstención, intentando invalidar la consulta, la izquierda ha defendido una amplia gama de posibilidades. Tanto el PRC como el Partido de los Comunistas Italianos y Los Verdes se han decantado por el sí, arrastrando con ellos al sector radical del principal partido de izquierdas, los Demócratas de Izquierda (DS). El resto del partido defiende el no, por considerar que las empresas pequeñas no están en condiciones de sobrevivir con una norma como el artículo 18, prácticamente inexistente ya en Europa.

Contraria al referéndum, la Margarita, grupo centrista de El Olivo, y el propio Cofferati, el líder más popular de la izquierda italiana, que se dispone ahora a luchar por la alcaldía de Bolonia. Lo curioso es que Cofferati se ha enfrentado en esta cuestión al sindicato que dirigió hasta hace menos de un año, CGIL, que ha pedido el sí, por boca de su nuevo líder, Guglielmo Epifani. CISL y UIL se abstendrán, exactamente igual que la patronal, Confisdustria.

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